Helen Levitt, 'New York', 1976. © Film Documents LLC, Cortesía: Zander Galerie, Cologne.
KBr, espacio dedicado a la fotografía de la Fundación MAPFRE, abre temporada con una propuesta doble que traza un arco temporal singular: de la obra histórica de Helen Levitt (Nueva York, 1913-2009), figura clave de la fotografía del siglo XX, a la nueva edición de KBr Flama’25, programa anual de la fundación, que visibiliza la creación emergente en colaboración con cuatro escuelas de fotografía de Barcelona.
Bajo el comisariado de Joshua Chang, la gran muestra dedicada a Levitt es, sin duda, una cita imperdible de la temporada otoñal del centro. Con más de 220 fotografías distribuidas en nueve secciones, así como materiales cinematográficos y trabajos en color, constituye uno de los recorridos más amplios dedicados a la fotógrafa en Europa. La propuesta permite apreciar tanto la coherencia de su mirada como la diversidad de registros en los que trabajó durante seis décadas.
Nacida en Brooklyn en el seno de una familia ruso-judía, Levitt se inició en la fotografía como aprendiz en un estudio del Bronx. La compra de su primera Leica en 1934 marcó el inicio de una trayectoria que pronto la llevaría a conectar con el círculo de la Film and Photo League, y a conocer a referentes como Henri Cartier-Bresson (Chanteloup-en-Brie, 1908 – Montjustin, 2004) y Walker Evans (San Luis, Misuri, 1903 – New Haven, 1975). Fue precisamente en diálogo con estos fotógrafos cuando desarrolló un estilo personal: atento al instante fugaz, pero cargado de ambigüedad poética.
En los barrios populares de Nueva York —Spanish Harlem, el Lower East Side, Brooklyn— Levitt encontró su escenario natural. Niños dibujando con tiza en la acera, familias en las escaleras de ladrillo, conversaciones a pie de calle, juegos improvisados: escenas mínimas que ella transformaba en imágenes dotadas de humor, ternura y misterio. Su primera exposición en el MoMA en 1943, centrada en la infancia urbana, la situó de inmediato en el mapa, aunque redujo su obra a una etiqueta demasiado estrecha.
El recorrido en KBr corrige esa simplificación. En las secciones iniciales aparecen sus primeras series, todavía exploratorias, y los famosos dibujos a tiza, en los que el grafismo infantil se convierte en un mural efímero del espacio público. Un núcleo esencial lo ocupa el conjunto realizado durante su estancia en México en 1941: imágenes de una crudeza radical, alejadas del lirismo neoyorquino, que revelan otra faceta de su sensibilidad.
La muestra subraya también la dimensión experimental de Levitt. A finales de los cincuenta obtuvo una beca Guggenheim para investigar el color, entonces poco aceptado en la fotografía artística. Sus diapositivas en Kodachrome, de colores densos y saturados, capturan la vida cotidiana en barrios como el Bronx, sin subrayar el drama de la marginalidad sino la dignidad de los gestos ordinarios. Muchas de esas imágenes se conocieron décadas más tarde, tras el robo de parte de su archivo en 1970, y hoy se consideran pioneras en la exploración cromática de la street photography.
La relación con el cine es otro eje. In the Street (1948-52), realizada junto a Janice Loeb (Nueva York, 1902 – Nueva Orleans, 1996) y James Agee (Knoxville, Tennessee, 1909-Nueva York, 1955), se presenta en la exposición como un puente natural entre la fotografía y la imagen en movimiento. El cortometraje, mudo y en blanco y negro, es casi una extensión animada de sus series urbanas: rostros que se cruzan, gestos fugaces, miradas que apenas se sostienen. Levitt, que ya había trabajado en el montaje de documentales (como aprendiz de Helen van Dongen, en el montaje del documental Tierra española supervisado por Luis Buñuel) y como directora de fotografía, trasladó a la pantalla la misma intuición con la que disparaba su Leica: la convicción de que la ciudad es una coreografía constante.
Si algo destaca en el conjunto es la capacidad de Levitt para trabajar con lo ambiguo. Sus imágenes parecen espontáneas, incluso casuales, pero encierran una complejidad compositiva que las acerca a la pintura. Entre la ligereza del juego infantil y la gravedad de la alienación urbana, la fotógrafa supo captar aquello que normalmente pasa desapercibido: un gesto entre vecinos, un descanso en la escalera, una sombra que se proyecta.
El catálogo que acompaña la exposición —con ensayos de Joshua Chuang, Lauren Graves, Elizabeth Grand, Monica Bravo, Anne Bertrand, Freya Field-Donovan y Joel Sternfeld— amplía esa lectura y sitúa a Levitt como figura esencial de la modernidad fotográfica, junto a Cartier-Bresson o Evans, pero con un acento propio: menos épico, más íntimo.
En contraste con la retrospectiva histórica, el espacio anexo acoge la quinta edición de KBr Flama, programa que desde 2021 da visibilidad a jóvenes fotógrafxs formados en escuelas de Barcelona. Bajo el comisariado de Carolina Ciuti, este año se presentan cuatro proyectos seleccionados por un jurado independiente, firmados por Irina Cervelló, Abril Coudougnan, Patrick Martin y Bernat Erra.
Los trabajos comparten una preocupación por la memoria, abordada desde perspectivas distintas. Cervelló investiga el impacto del complejo químico Solvay en Martorell en Opaco, combinando fotografía documental y materiales de archivo para revelar las huellas políticas y medioambientales de la industria. Coudougnan, en Tous les [maux] mots sont inventés, construye un archivo íntimo de seis años de imágenes personales, que despliega como un mosaico emocional y crítico frente a la saturación visual contemporánea.
Por su parte, Looking for George de Martin rastrea la pervivencia del mito de Sant Jordi en la cultura catalana, reconstruyendo un imaginario colectivo a través de celebraciones, arquitecturas y símbolos. Finalmente, Erra, con Fe de erratas, explora la imaginería católica heredada, desde la distancia de una generación que observa los mitos religiosos con mezcla de fascinación y desconcierto.
Los cuatro proyectos se presentan con ediciones propias y un catálogo conjunto, reforzando la dimensión editorial del programa.
El Centre de les Arts Lliures reafirma su condición de laboratorio transversal entre artes escénicas…
La tercera parada del otoño galerístico reúne a artistas consolidadxs y emergentes en un ambiente…
Tecnología, ecología y feminismos se encuentran en la VIII edición del certamen barcelonés.
Bajo el comisariado de Albert Mercadé, la muestra reúne piezas realizadas entre los años setenta…
Una exposición que reivindica la obra de dos escultores fundamentales para entender la escena española…
Con alrededor de treinta propuestas, la institución articula un calendario que combina exposiciones, performances, encuentros…