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El Bòlit Centre d’Art Contemporani de Girona ha anunciado que el sábado 6 de mayo a las 12h en el Bòlit_PouRodó tendrá lugar la inauguración de la exposición On es recolzen les imatges? [¿Dónde se apoyan las imágenes?]. Se trata de una exposición colectiva que reúne los resultados del proyecto educativo Bòlit Mentor de residencias artísticas en institutos de secundaria, que fue coproducido con la Casa de la Palabra de Santa Coloma de Farners y que este año ha comisariado Marta Dahó, comisaria milanesa.

Los artistas que han trabajado durante el curso 2022/2023 son Erik Estany Tigerström (Celrà, 1982), Roc Herms (Barcelona, 1978), Núria Nia (Palau Solità i Plegamans, Barcelona, 1986) y Bárbara Sánchez Barroso (Lleida, 1987) en los institutos Josep Brugulat de Banyoles, Santiago Sobrequés de Girona, Carles Rahola de Girona y Castell d’Estela d’Amer, respectivamente.

Bòlit Mentor es un proyecto que combina educación y creatividad y que consiste en introducir artistas visuales en cuatro institutos de secundaria del territorio para desarrollar un proyecto creativo junto con los estudiantes, dirigidos por un curador de artes visuales.

El trabajo desarrollado en el Bòlit Mentor de este año gira en torno al rol que pueden tener las imágenes; tanto aquellas que configuran las hegemonías visuales actuales, como las que ayudan a abrir espacios alternativos ya imaginar la realidad con mayor participación y agencia.

Cada uno de los grupos de alumnos, en diálogo con los artistas invitados, ha rodeado estas cuestiones desde diversas perspectivas poniendo en el centro lo que la propia experiencia de estar juntos ha permitido. Es gracias a este tiempo compartido que todos ellos han abierto rendijas en la reflexión sobre las imágenes que nos ayudan a pensar nuestro presente desde nuevas posiciones.

Los artistas han planteado a los alumnos dinámicas de trabajo interdisciplinar que permiten explorar la dimensión material de las imágenes y abordar procesos de reflexión en relación con los automatismos que marcan su producción con el propósito de repensar, desde la práctica artística, los vínculos entre cuerpos y dispositivos, entre imágenes y territorios.

A través de la puesta en común de experiencias y situaciones, los alumnos han abierto espacios de interrogación e investigación en el proyecto. Un proyecto cuyo propósito de fondo responde a una doble necesidad: conocer las contrapartidas que implica el creciente uso, producción y difusión de imágenes y, al mismo tiempo, poder calibrar los efectos de esta mediación en el ecosistema que nos permite vivir.

Dos consideraciones fundamentales han ayudado a orientar el proyecto en esa dirección. Por un lado, el hecho de que la disponibilidad exponencial de imágenes parece sostenerse en una dimensión supuestamente neutra y desmaterializada, desvinculada de la magnitud de sus efectos en el medio ambiente. Por otra parte, la idea de que, más allá de los móviles, los ordenadores u otros artefactos analógicos, un cuerpo o una comunidad también pueden configurar imágenes. Imágenes que implican otras formas sensibles de estar, percibir y mirar, así como otras relaciones y formas de ocupar el espacio.

Es a partir de estas premisas y de lo que puede poner en juego un gesto, un cuerpo, una cámara o un programa informático, que la propuesta general del proyecto ha arraigado en la necesidad de repensar con los estudiantes qué rol pueden tener las imágenes, así como qué automatismos están limitando nuestra imaginación.