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El pensamiento perdido: la autarquía y el exilio
En el marco de la reordenación que está llevando a cabo de la Colección el Museo Reina Sofía presenta un episodio más: Pensamiento Perdido: Autarquía y Exilio. Su recorrido muestra, a través de más de 300 obras realizadas en distintos formatos de alrededor de un centenar de artistas y abundante docu
Nota de prensa
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UNA NUEVA COLECCIÓN PARA EL MUSEO
Episodio III
Pensamiento Perdido: Autarquía y Exilio
En el marco de la reordenación que está llevando
a cabo de la Colección, que culminará el próximo
mes de noviembre y que ofrecerá una nueva
interpretación de sus fondos, el Museo Reina
Sofía presenta un episodio más: Pensamiento
Perdido: Autarquía y Exilio. Su recorrido
muestra, a través de más de 300 obras
realizadas en distintos formatos de alrededor
de un centenar de artistas y abundante
documentación bibliográfica y de archivo, el
complejo contexto en el que vivieron tanto los
creadores que permanecieron en España como
los que se exiliaron a consecuencia de la guerra
civil, así como las aportaciones realizadas en el
terreno cultural y artístico entre 1939 y los años
50 dentro y fuera del país.
A lo largo de 16 salas de la cuarta planta del
edificio Sabatini, se presentan, como en otros
episodios de la Colección, numerosas obras
nuevas gracias a la política de adquisiciones
emprendida en los últimos años por el Museo.
Esto ocurre especialmente en el caso de la
arquitectura, que aparece de forma transversal
en muchos de los espacios que se abren al
público.
Según el director del Museo, Manuel Borja-Villel, “el exilio conformó diferentes prácticas creativas en
las que conceptos como la nostalgia, la opresión, la derrota, la separación, pero también la resiliencia
o la integración de culturas tuvieron una presencia significativa. En los lugares donde encontraron
refugio los artistas expatriados se establecieron redes de solidaridad y colaboración con otros
creadores con los que se realizaron proyectos de relevancia internacional”.
Por su parte, Rosario Peiró, jefa de Colecciones del Museo, destaca de este episodio que “la
transcendencia y actualidad de la imagen del exilio republicano remite a un momento histórico y a una
experiencia fundamental no solo para España y el siglo XX, sino también para el contemporáneo siglo
XXI, marcado por una crisis migratoria global. Con esta imagen se subraya la actualidad de esta historia
reconociendo así su centralidad definitiva en la historia del arte y la cultura”.
La España de la autarquía
El recorrido de este nuevo episodio de la Colección se inicia en la
sala titulada La Victoria, donde puede verse la entrada del ejército
franquista en Madrid en la película Ya viene el cortejo... (1939), de
Carlos Arévalo (1906-1989, España); el Retrato de Ramiro de
Ledesma (1945) de Pancho Cossío (1894, Cuba-1970, España) y
la serie fotográfica Los artífices de la victoria en cielo mar y tierra
(1939) de Ángel Jalón (1898-1976, España), que tratan de reflejar
la imagen de una España “triunfal”.
Se recogen aquí algunos ejemplos arquitectónicos impulsados por
el régimen, como la maqueta y los planos de la Casa Sindical de
Madrid (1948-1949) -actualmente Ministerio de Sanidad- de
Francisco Cabrero Torres-Quevedo (1912-2005, España), un
edificio influenciado por la arquitectura italiana del momento.
La siguiente sala, El Pan
y la Cruz es, sin embargo,
el contraste. En ella
queda patente, por un
lado, la España del silencio y las prisiones, del hambre, de las
cartillas de racionamiento. Estos aspectos se ven reflejados
en pinturas como La costurera (1943), de José Gutiérrez
Solana (1886-1945, España); Cárcel (1946), de Aurelio
Suárez (1910-2003, España) o Bodegón del pan y del queso
(1940), de Godofredo Ortega Muñoz (1899-Madrid,
España). Por otro, se ofrece una visión de la historia
relacionada con las ruinas, como puede observarse en las
fotografías Peñaranda de Duero (1943), de José Ortiz
Echagüe (1886-1980, España), o con lo religioso y lo heroico
como en el óleo Toledo (1943) de Benjamín Palencia (1894-
1980, España).
La tercera sala, Apuesta moderna para la nueva Vivienda
Social, ofrece al espectador importantes novedades de la
Colección, muchas de ellas relacionadas otra vez con la
arquitectura. Junto al video de un NODO sobre el Congreso
Eucarístico de 1952 en Barcelona donde se ideó un plan de
vivienda social para emigrantes de Extremadura o Andalucía, figuran proyectos de planificación urbana
y de pueblos de nueva colonización, como las Unidades Vecinales de Absorción Caño Roto de Madrid
(1957) de José Luis Íñiguez de Onzoño (España, 1927) y Antonio Vázquez de Castro (España,
1929) y el conjunto de Viviendas del Instituto de la Marina de Tarragona (1949), de José Antonio
Coderch (1913-1984, España). Hay que destacar que todo el material mostrado en este y otros nuevos
capítulos de la Colección procede de la importante donación del archivo de este arquitecto realizado
por su familia en 2018.
En este apartado se muestra también la idealización del campo que se produce en la España de esos
años y que contrasta con la visión de la ciudad, como lugar lleno de peligros. La serie de dibujos El
Blat (1948) de Josep Guinovart (1927-2007, España) expresa esa tendencia.
Frivolidades de posguerra
Continuando con la situación en el interior del país, en
La vanguardia “frívola en la postguerra” se exhiben
algunas expresiones artísticas de la primera
modernidad surgidas durante el franquismo, con figuras
de referencia como Salvador Dalí (1904-1989, España)
que retorna a España, el pintor Luis Castellanos (1915-
1946), el grafista Farinyes (Salvador Fariñas; 1901-
1991, España), el fotógrafo Santos Yubero (1903-
1994, España) o el escultor Ángel Ferrant (1890-1961,
España), de quienes se puede contemplar diversas
obras en esta sala. De Dalí en concreto se expone Idilio
atómico y uránico melancólico (1945), producto de su
conmoción por el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki.
También aparecen aquí algunas portadas de la revista
La Codorniz, de Enrique Herreros (1903-1977, España) - de quien se muestra, por primera vez, su
serie La tauromaquia de la muerte (1946), una importante donación realizada por su hijo, Enrique
Herreros, recientemente- y obras de la artista Nanda Papiri (1911, Italia -1999, España), del autor
teatral relacionado con el postismo Francisco Nieva (1924-2016, España) o del polifacético cineasta
Edgar Neville (1899-1967, España).
Otras corrientes de la época figuran en la sala titulada
Espiritualidad y abstracción. I Congreso de arte abstracto de
Santander, que reúne a la Escuela de Altamira, con los artistas
Mathias Goeritz (Alemania, 1915-México, 1990) o Pablo
Palazuelo (1915-2007, España) y los críticos de arte Ricardo
Gullón (1908-1991, España) y Pablo Beltrán de Heredia
(1917-2009, España) como referentes de un movimiento que
aboga por la modernidad en el arte abstracto.
También aparece la Escuela de Zaragoza o Grupo Pórtico, del
que se muestra el proyecto de reforma del Cine Dorado de
Zaragoza (1949), de Santiago Lagunas (1912-1995, España);
así como Dau al Set, donde participan creadores como Joan
Ponç (1927, España-1984, Francia), Modest Cuixart (1925-
2007, España), Antoni Tàpies (1923-2012, España), y Joan
Miró (1893-1983, España), que vivía en aquellos años en
Barcelona, y fue todo un referente de estos artistas de la
incipiente vanguardia española de Dau al Set.
Dentro de la España de posguerra, otros autores como Delhy Tejero (1904-1968, España), de la que
se exhibe por primera vez Composición abstracta (1954) o Antonio Saura (1930-1998, España),
Jorge Oteiza (1908-2003, España) y Manuel Millares (1926-1972, España), que más tarde se
convertirían en figuras internacionales, emprendieron sus primeras experimentaciones artísticas.
La parte dedicada a la autarquía finaliza con Coderch y la nueva imagen de España, una sala que
recrea en parte el pabellón diseñado por el arquitecto para la Trienal de Milán de 1951 en un intento
del régimen por recuperar una presencia internacional que se le había cerrado desde el Pabellón de
la República de 1937. El crítico Rafael Santos Torroella (1914-2002, España) fue clave en la selección
de contenidos de este pabellón, en el que figuraban artistas como Miró, Ferrán o Guinovart.
Salida de España y exilio
La película El éxodo de un pueblo (1939), de los franceses Louis
Llech y Louis Isambert, con la salida de los exiliados de España
tras la contienda fratricida, abre La retirada y los campos, sala donde
comienza a abordarse el periplo de los expatriados. El cuadro de
Pablo Picasso (1881, España-1973, Francia), Monumento a los
españoles muertos por Francia (1946-47) acompaña las fotografías
de Robert Capa (1913, Hungría-1954, Vietnam) de campos de
concentración de republicanos como los de Argelès-sur-Mer o
Bacarés, (Francia, marzo 1939). Estos campos también fueron
dibujados en 1939 por Farinyes y Antonio Rodríguez Luna (1910-
1985, España) en unas obras adquiridas por el Museo
recientemente.
Para muchos de los exiliados retenidos en estos centros la cruda
realidad no acabó allí. Algunos de ellos conocieron más tarde los
horrores de los campos de exterminio nazis. Por ello se recogen en
este episodio las obras –también nuevas en la Colección- de, entre
otros, Josep Bartolí (España, 1910- EE. UU., 1955) o José García
Tella (1906-1983, España).
El siguiente espacio, denominado Suspiros de España, recoge las
imágenes con las que los artistas narran su exilio, como la muerte,
la violencia, la melancolía o la incertidumbre. Las obras La vaca
parturienta (1940) de Miguel Prieto Anguita, y Cabeza de res con manzana (1939), de Luis
Fernández, representan la idea de la vida relacionada con la muerte. Y en Figurines para “Numancia”
(1943), de Santiago Ontañón (1903-1989, España) se alude, desde el teatro, a la guerra referida en
la obra de Cervantes.
Producción artística en el destierro
Los siguientes espacios muestran el trabajo que toda una serie de artistas empiezan a realizar fuera
de España. En la sala Renau en México se ofrece la película de Josep Renau (1907, España- 1982,
Alemania) La tercera dimensión (1952-1955), con España, el exilio y el franquismo como temática.
Además, se exhiben los trabajos de producción gráfica que desarrolló en la revista Futuro y diferentes
carteles realizados tanto para partidos y organizaciones mexicanas de izquierdas como para las
acciones de protesta del exilio, recientemente adquiridos por parte del Museo.
También se da cita aquí la arquitectura, con los proyectos de edificios para La Habana (Cuba) de
Martín Domínguez (1897, España-1970, EE.UU.), los de Antonio Bonet Castellana (1913-1989,
España) en Argentina, Paraguay y Uruguay o de José Luis Sert (1902- 1983, España) en Colombia,
que se muestran en la sala Latinoamérica, una oportunidad.
Otro caso destacable es el de Francesc Tosquelles (1921, España-1994, Francia), un psiquiatra
republicano que debió refugiarse en Francia, donde se convirtió en una de las grandes referencias de
la psiquiatría de la segunda mitad del siglo XX a nivel internacional. Sus teorías e innovadoras prácticas
sobre la locura y la enfermedad mental -que ya había comenzado a desarrollar antes de la Guerra
Civil- pueden verse en la película Societé lozérienne d’hygiène mentale (1950-1957).
En la sala El exilio surrealista en México, que
incorpora también abundantes novedades de
la Colección, pone el foco en la importante
Exposición Internacional de Surrealismo
(1940) organizada en México por André
Breton (1896-1966, Francia). En ella se
incluyeron obras de artistas exiliados como
Remedios Varo (1908, España-1963,
México), de quien se exhibe la pieza El
hambre (1938) y de autores mexicanos como
Diego Rivera (1886 -1957, México), del que
el público puede ver Los vasos comunicantes
(1939), un importante depósito realizado
recientemente por la Fundación Museo Reina
Sofía.
Como respuesta a esta exposición y al
surrealismo canónico de André Breton, surgió también en México la revista DYN (1942-1944), dirigida
por el artista Wolfgang Paalen (1905, Austria-1959, México), que proponía una reconciliación del arte
moderno con el arte originario de las “Américas” y la ciencia.
El país centroamericano también se convirtió en un lugar de acogida para muchos representantes, no
solo españoles, de la izquierda europea durante la II Guerra Mundial. Esta imagen se sintetiza en otra
importante novedad de la Colección conseguida gracias a la labor de la Fundación del Museo: las 86
Estampas de la revolución mexicana (1947), del Taller de Gráfica Popular (TGP), un colectivo de
grabadores fundado en 1937 para apoyar y difundir las causas sociales revolucionarias. Su apoyo al
exilio español fue fundamental y su naturaleza colectiva hizo posible la creación de sinergias, a través
de revistas, exposiciones y proyectos, entre artistas locales y exiliados europeos.
La sala Apátridas y salvajes muestra las obras en los que algunos artistas se apropian de elementos
de sus países de acogida (el folklore, los bailes, el indigenismo, etc.) como la serie fotográfica Dibuxos
de negros (1939), de Alfonso Rodríguez Castelao (1886, España-1950, Argentina) o Despertar de la
selva (1945), de Eugenio Fernández Granell (1912-2001, España).
El exilio no solo fue político. Muchos artistas se fueron de una España asfixiante y cerrada. Ese fue el
caso de José Guerrero y Esteban Vicente, artistas que abandonan España, no por razones políticas,
sino en busca de otras experiencias. La sala El otro exilio recupera obras de las exposiciones que
ambos realizaron en Estados Unidos y que ponen de manifiesto las diferencias entre ambos autores.
Mientras José Guerrero, en Gris y negro (1958) o en Llantos negros (1953) rememora sus recuerdos
de España, Esteban Vicente desarrolla un trabajo “más americano” en Collage con negro y amarillo
(1957) o En rosa y gris (1950), utilizando el collage y tonos cromáticos distintos.
El recorrido de este episodio finaliza con algunas instantáneas de Nueva York de la fotógrafa Helen
Lewitt, (1913-2009, EE.UU), colaboradora de Luis Buñuel en varios de los documentales que el
director realizó en la ciudad norteamericana para ayudar a la causa republicana, y con un fragmento
de la película Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (1964), de Stanley Kubrick (1928, EE.UU.- 1999,
Reino Unido), donde se muestra el estallido de una bomba atómica que anticipa los tiempos que se
avecinaban en el mundo.
Para más información:
GABINETE DE PRENSA
MUSEO REINA SOFÍA
prensa1@museoreinasofia.es
prensa3@museoreinasofia.es
(+34) 91 774 10 05 / 11
www.museoreinasofia.es/prensa
28
Agosto 2021
El pensamiento perdido: la autarquía y el exilio
28 agosto - 13 septiembre 2021
Ubicación
Entradas
Entrada individual general
Taquillas / Online: 10 €
Visita conjunta a la Colección y a las exposiciones temporales.
Entrada individual general válida para dos visitas
Taquillas / Online: 15 €
Permite realizar dos visitas al Museo a lo largo de un año contado a partir del día de la primera visita.
Entrada combinada
Taquillas: 14,50 €
Incluye la entrada individual general (Colección y exposiciones temporales) y el alquiler de una audioguía.
Tarjeta Anual de Museos Estatales
Taquillas: 36,06 €
Permite visitar todos los Museos Estatales a lo largo de un año desde la fecha de compra.
Horario de apertura
Lunes 10:00 - 20:00 h
Martes Cerrado
Miércoles-sábado 10:00 - 20:00 h
Domingo 10:00 - 14:30 h
Días de entrada gratuita
Lunes* 18:00 - 20:00 h
Miércoles-sábado* 18:00 - 20:00 h
Domingo 13:30 - 14:15 h
Festivos 18 de abril, 16 y 17 de mayo y 6 de diciembre
Enlaces oficiales
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