A través de la pintura y la escultura, la artista María Villacorta aborda la sal desde su dimensión ecológica, plástica y simbólica, y conforma con ella una exposición a modo de diálogo con el propio edificio del faro y su entorno natural, un ecosistema azotado por el aire, el agua y el salitre, y con un afligido presente que sacude su sensibilidad. "gotasaladas" reúne una selección de obras creadas con sal, papel y hierro para reflexionar sobre el consuelo, la dualidad del mundo y el ciclo del agua, un lenguaje experimental aprehendido de los procesos naturales que recrea la expresión de los efectos del paisaje y la experiencia personal que tiende a la universalidad. Es posible contemplar el universo en este pequeño grano tallado por el sol, el viento y el mar. Del todo a la parte y de la parte al todo, la sal interpreta un espejo de la naturaleza con nosotros mismos y del drama de la historia humana. Sal, agua y aire desvelan su paralelismo con la condición humana, la vulnerabilidad y la resistencia, el sudor de la contienda y las lágrimas derramadas ante la pérdida. Como cristal olvidado del mar, cada grano representa en esta exposición una lágrima y construye una mirada crítica, poética y ecológica sobre el calentamiento global, el equilibrio y la concentración. El título escogido por la artista describe con un juego de palabras esa permeabilidad medioambiental para referirse a la efimeridad. La simbiosis entre la creación artística y la mecánica de la naturaleza se condensan en una obra de intimidad material y observación profunda explorando al mismo tiempo el potencial creativo de este elemento tan abundante. Lágrimas como piedras se precipitan y acumulan reflejando la luz, los procesos creativos imitan, recrean o traducen los fenómenos naturales derivando en un lenguaje abstracto que resignifica los materiales y localiza la representación en la subjetividad, las manchas y los materiales precipitados o moldeados gestionan formas, masas de luz y sombra que producen similitudes con el paisaje por sugerencia. Una obra intuitiva y desarrollada "alla prima", de experimentación y alquimia, de contrastes entre el peso y la levedad, entre materia y aire, entre la necesidad primitiva de controlar los elementos y el “laissez-faire”, la aceptación y la incertidumbre. Imágenes: Belén de Benito