Como un juego que busca la diversión, Santi Sallés y Swasky (Espacios 2 y 3) han unido esfuerzos para crear las obras de esta primera exposición conjunta. La colaboración en la creación se reveló como la mejor respuesta en un año marcado por la distancia, el confinamiento y las vacunas impuestos por la pandemia de la COVID-19 en todo el mundo. Durante este periodo, empezaron a compartir su inspiración, generosamente y con entusiasmo, y han dado vida además de treinta piezas únicas. Cada obra es un ejercicio de pensamiento original, un desafío para aportar pequeños fragmentos personales, vivencias cotidianas, recuerdos, imágenes captadas o el resultado directo de su propia imaginación.