Esta exposición explora el limbo poético donde los objetos -entre diseño y arte- se liberan de su utilidad para existir en un estado de pura presencia. Sillas que no invitan a sentarse, superficies que no sostienen y colores que no representan, crean un paisaje sin jerarquías, donde lo importante no es lo que las piezas hacen, sino lo que suscitan en quien las contempla.

La muestra reúne obras de dos creadores cuyos lenguajes contrastan (precisión carpintera vs. materia orgánica), generando un diálogo de afinidades sutiles. Lejos de buscar fusión, las piezas conviven manteniendo su esencia, pero amplificándose mutuamente. El resultado es una experiencia perceptiva lenta que celebra la belleza de lo inútil: aquella que emerge cuando los objetos abandonan sus funciones y roles para simplemente ser.