María Teresa Hincapié, 'Impregnación,' 1992. Cortesía del MACBA.
A partir de mañana, 19 de octubre de 2022, a las 19h, Si aquest fos un principi d’infinit (‘Si este fuera un principio de infinito’) de María Teresa Hincapié (Armenia, Colombia, 1954 – Bogotá, 2008) llega al Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA). Es una de la figuras principales del arte transdisciplinar concernido con el cuerpo de las últimas décadas, cuya obra permea en el MACBA hasta el 26 de febrero de 2023.
Se trata de un comisariado de Claudia Segura Campins, conservadora del MACBA, y Emiliano Valdés, conservador jefe del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAAM) e implica la colaboración de varias voces contemporáneas cuyas obras entran en diálogo con la autora colombiana fallecida en 2008: José Alejandro Restrepo, Coco Fusco, María José Arjona y Mapa Teatro.
Más allá de ser una retrospectiva, el conjunto sirve de homenaje a la metodología y la genealogía de Hincapié. Según Elvira Dyangani Ose, directora del MACBA, la muestra «no solo es una oda a la vida de Hincapié sino una oda a la vida en sí ya que la práctica de la artista nos llama la atención a cosas cotidianas imperceptibles que a menudo van sin apreciar.»
En cuanto al reto que les supuso generar una exposición con una artista que trabajaba con constructos efímeros, la directora reclama: «hay una parte muy importante en cómo han desarrollado este proyecto en el contexto museístico. ¿Cómo captas la vida de una persona y una obra tan frágil más allá de la experiencia en directo de sus obras? ¿Y qué se puede hacer para conservar el legado de artistas como ella? Esto activa una ruptura con el museo y concuerda con el hecho de que estamos en un momento de reflexión como institución. ¿Cómo exponemos la performance y otras mezclas indisolubles de tantos abordajes distintos al arte?»
Este recorrido por la obra performática de Hincapié también dialoga con el archivo y la documentación paralela de su repertorio; otro proceso de profundización en el mundo de Hincapié a que se enfrentaron los comisarios. El resultado fue un producto de una «simbiosis entre arte y vida dado que nos sumergimos en el archivo, accedimos a varias videograbaciones de su vida y obra, y mantuvimos conversaciones con aquellos que fueron cercanos a ella,» ofrece Segura.
«Arte y vida se imbricaron tanto en la trayectoria de la artista que fue difícil separarlos. ¿Cómo hablar de cuerpo y un cuerpo transitorio sin la presencia de la misma autora? Por eso, decidimos invitar a nuevas figuras a desarrollar piezas inspiradas en ella o en diálogo con sus recuerdos personales de ella,» sigue la co-comisaria.
Destaca la pieza líquida y lánguida de María José Arjona, En silencio pero juntos, que vaporiza por todos los espacios del museo, los siete cuerpos que performan la pieza actuando como una masa de amebas, glacialmente cambiando de forma y posición. Camilo Acosta, Marta Beguè, Mamadou Diallo, Nicolás Poggi, Glòria Ros, Mauricio Sierra e Iver Zapata hacen viva esta intervención. La coreógrafa afirma que «es un intento por rescatar la faceta pedagógica y acudir a acciones simples, como caminar o respirar, como movimientos de resistencia en tiempos en donde lo sagrado y el mismo cuerpo están en crisis.»
Para entender la obra de Hincapié, hay que tener en cuenta su formación en teatro; hecho que evidencia su uso recurrente de la performance de larga duración. Al ser una figura liminal —a pesar de haber sido expuesta en la Bienal de São Paulo y de Venezia—, varios misterios y vacíos envuelven su repertorio. No obstante, se trata de la primera vez que se realiza una monográfica tan completa y exhaustiva como en el caso de la presente muestra que viene a ser un atributo a una mujer, un cuerpo y un ritual de vida que deviene arte, más que una recopilación convencional de obras ordenadas de manera cronológica. Hace eco a la fantasmagórica retrospectiva póstuma de la ocultista italiana Chiara Fumai (Roma, 1978 – Bari, 2017), acogida por La Casa Encendida.
El proyecto nace en Medellín en el MAAM que sirve de institución co-productora y como primera anfitriona de la exposición. «Es una exposición que comprueba que el arte es realmente útil para enfrentar la vida en el sentido del arte que nos permite levantarnos y procesar la cotidianidad. Esperamos que el público pueda coger elementos y procesos presentes en la exposición e incorporarlos en sus vidas. Quisimos estructurarla en 7 capítulos con tal de trasladar al museo la experiencia de cómo es experimentar una pieza de María Teresa. Suplementar de la mejor manera esa ausencia de cuerpo,» comenta Emiliano Valdés, co-comisario.
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