02 marzo 2022

exibart.es destaca: 4 exposiciones afectivas en Madrid

de

Lo que nos ha impactado más en Madrid y lo que más urge ser experimentado.

Vista de Madrid, 2014. Fuente: Wikicommons.

Durante nuestra estancia en Madrid en ocasión de la feria internacional ARCO, el equipo de exibart.es ha podido sumergirse en la plétora de actividades y experiencias que conforman la formidable oferta cultural de la capital. Esta semana, en nuestra cuenta de Instagram, se han podido ver resúmenes visuales de lo que hemos tenido la oportunidad de experimentar. Concretamente, en este artículo destacamos cuatro exposiciones altamente emotivas y afectivas que son auténticos deleites para todos los sentidos.

Observamos el peso emocional que transmiten, que intencionado o no, concuerdan con los tiempos difíciles que está viviendo Eurasia. Más de una vez salimos de las muestras ensimismadas y casi petrificadas, sin poder mediar palabra. Celebramos la urgencia poética que efunden estas experiencias inmersivas. Apoyamos a los equipos institucionales que están detrás de su llegada a nuestro país. Agradecemos las voces creativas que han tejido fascinantes reflexiones sobre nuestra existencia.

The Murder of Crows, Janet Cardiff & George Bures Miller
Matadero Madrid – 17.02.22—24.07.22

Esta obra sonora totémica explora severamente un mundo onírico lleno de chillidos y nanas que amalgaman nuestra experiencia contorsionada y contradictoria. Este encargo del Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21) para la 16ª Bienal de Sídney (2008) coincide inintencionadamente con la invasión atroz de Rusia en Ucrania, y las imágenes que ahora inundan las redes sociales y las noticias. Estas van generando una sinfonía atonal y disonante, y hacen eco con la instalación monumental del dúo canadiense.

Imágenes de horrores abyectos y placeres divinos traspasan por la mente una vez inmerso en la pieza. Con los ojos cerrados o abiertos, la experiencia te devora. Insistencias bélicas y militares, cuervos que provocan miedo y melancolía a la vez, momentos sensuales de música de cámara, descripciones narradas en voz alta reticentes y ricas imbuyen la Nave 0. En tan solo 30 minutos, los autores resumen fluidamente el drama humano, el descarrilamiento de la condición de nuestro ser provocado por la guerra, la ira, la codicia y el poder.

La instalación se ha mostrado en otras ocasiones, como por ejemplo en la Nationalgalerie im Hamburger Bahnhof (Berlín, 2009) y en otras salas excesivamente iluminadas. En cambio, el Matadero (cuya utilidad anterior se ve reanimada mediante esta instalación), está escasamente alumbrado. Varios focos crean sombras y siluetas dialogando con los más de 60 altavoces que rodean al visitante. Es un recorrido muy sobrio y crudo, casi no hay señalética dentro de la sala. Se puede vagar por el recinto de manera libre, creando un recorrido y experiencia sonora propios. Las paredes expresivas junto a la fisicidad del sonido de la instalación nos recuerdan nuestra fragilidad y los extremos a los que todos somos capaces de llegar.

Vista de «The Muder of Crows», Janet Cardiff & George Bures Miller, 2008. Fuente: Página web oficial de Matadero Madrid, 2022.

Poemas que nunca mostraré. Chiara Fumai 2007-2017
La Casa Encendida – 04.02.22—01.05.22

Sería muy difícil salir de esta exposición sin la cabeza al menos un poco agachada. Tuvimos la oportunidad de visitar la exposición con un guía (Jose Velasco) que nos divulgó las historias verdaderamente trágicas por las cuales ha vivido la efusiva Chiara Fumai (Roma, 1978 – Bari, 2017). Sus intervenciones incisivas apenas dejaban rastro. A pesar de esto, les amigues Milovan Farronato y Francesco Urbano Ragazzi (que sirven de comisaries de la muestra) hacen un gesto en clave de retrospectiva y no de réquiem, apedazando varios fragmentos de su vida. Pero a pesar de sus esfuerzos, las toneladas emocionales que lleva el conjunto de piezas escasas de Fumai no pueden evitar transmitir tonos fúnebres.

Vemos una reconstrucción de su piso infinitesimal, y su vestuario de prendas únicas. Estas cuelgan como lo hacen los cuerpos: densos, estáticos, casi vivos y casi muertos a la vez. Su Moral Exhibition House —pieza que fue presentada en dOCUMENTA(13) en 2012— aún huele a ella, a su fantasma y a los infinitos rituales ocultistas performados allí dentro. Han dejado una especie de humedad indeleble que perfumará esta casa eternamente. Vemos residuos de intentos fútiles de erradicar el heteropatriarcado. No fútiles por las estrategias y los esfuerzos empleados por la artista sino por la macicez de su enemigo cuyas raíces están ancladas firmemente en la genealogía de nuestra humanidad.

Su intención era —y es— cortar estas raíces a todo coste. Sin parpadear. Mediante hechizos y performances ritualísticas, declaraba la guerra contra el heteropatriarcado en su totalidad. Quizá sus resultados se verán en el futuro. Hay mucha especulación alrededor de su suicidio: ¿fue por un sentimiento de impotencia inalcanzable ante su enemigo? ¿Fue porque se sintió satisfecha con sus aportaciones a la lucha feminista? Obviamente no importa el porqué. Sus acciones, aunque desgarradoras y extremas, son su legado. Ha dado voz a varias personas amordazadas y tachadas como locas, emulando profunda y esotéricamente figuras históricas feministas. Ninguna de las palabras que utiliza en sus supuestos poemas son suyas. Citaba constantemente, perpetuando el legado prematuro de otras para que no nos olvidásemos de ellas.

Vista de «Moral Exhibition House» en «Poemas que nunca mostraré. Chiara Fumai 2007-2017». Fotografía de Bego Solís. Cortesía de La Casa Encendida.

PANTA REI; Tot flueix, Antoni Llena y Lucía C. Pino
Centre Cultural Blanquerna Madrid – 24.02.22—25.05.22

Antònia M. Perelló, jefa comisaria de la Col·lecció del Museu d’Art Contemporani de Catalunya, ha articulado un recorrido por varias obras de Antoni Llena (Barcelona, 1942) y Lucía C. Pino (València, 1977) que provienen de los fondos del mismo museo. Se centra en la materia y su carácter mutante y fusional. Ambos artistas son sensibles a la capacidad colaborativa de las varias materialidades con las cuales se topan. Gracias a estas semejanzas discursivas y metodológicas, el vínculo entre las obras se hace evidente. Cabe decir que la muestra es bastante polarizada, dividida en dos partes: una para Pino y otra para Llena.

El título de la exposición es PANTA REI: Tot Flueix y es esencialmente una traducción de la expresión griega ‘Panta rey’, Πάντα ῥεῖ. Significa “todo fluye, todo está en cambio permanente” y fue atribuida al filósofo pre-socrático Heráclito de Éfeso (535 aC). Vemos procesualidades que indican justamente eso: trozos de metacrilato, vidrio, madera, tiras de neones, papel, tela y metal que dialogan entre ellos de maneras misteriosas.

Las obras parecen tentativas, efímeras, a punto de caer en algunos casos. A pesar de una presentación más formal y museística de una selección de obras de Llena, su delicadeza aún se aprecia. Son obras conscientes de que, pese a los esfuerzos por parte de los restauradores, se desvanecerán igualmente. Las tres obras de Lucía C. Pino pertenecientes a la Col·lecció MACBA, piezas 2, 3 y 5 de la serie Non-Slave Tenderness 113 1331 (2018), encauzan tendencias dialécticas y simbióticas de los diferentes flujos entre seres, sujetos, entes y otros fenómenos naturales como la gravedad, la fricción y el equilibrio.

«Pieza 2 Non-Slave Tenderness 113 1331», Lucía C. Pino, 2018. Cortesía del Museu d’Art Contemporani de Barcelona.
«Viatge d’Hivern», Antoni Llena, 2003. Cortesía del Museu d’Art Contemporani de Barcelona.

The Visitors (2012) en Emotional Landscapes, Ragnar Kjartansson
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza – 22.02.22—26.06.22

Una de las obras más populares del artista y músico islandés, The Visitors es famosa y con razón. Emotiva, transitoria, bucólica, sublime, sorprendente, irónica, acogedora, familiar, son algunos adjetivos que nos podrían aproximar a esta instalación sutilmente épica que también fue un encargo del Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21). Al entrar, no estás muy seguro de lo que tienes delante. Dicho esto, no tarda mucho en revelarse. Es muy inmediato. Pero incluso cuando piensas que has descubierto el truco, la pieza te sorprende una vez más por su final eclesiástico, líquido y resbaladizo.

En este afectuoso y coral homenaje a la música folk de los Estados Unidos, nos arrastra como público por una serie de composiciones casi cogidas por los pelos. No son huecas, sino frágiles; y con orgullo. Es evidente que no se trata de una improvisación, pero a la vez no parece estar minuciosamente orquestado. Se encuentra en el entremedio de todo: es videoarte pero se lo podría considerar un concierto/videoclip extenso; hay canciones pero en realidad con más collages sonoros de vaivenes afectivos; no parece haber una estructura fija pero a la vez tiene que haber una ya que se trata de un gesto que sí o sí tuvo que estar coreografiado. Por eso hipnotiza al espectador. Es inmediato y va directamente al corazón.

Dado que la obra dura más de una hora, es imposible experimentar cada faceta de cada una de las nueve pantallas que muestran viñetas que parecen logísticamente inconexas. Hay que aceptar la futilidad, y fusionarse con la música que evoca grandiosamente un amplio abanico de emociones. La nostalgia indirecta también está muy presente; esa sensación extraña de no haber vivido algo pero aun así sentirse nostálgico hacia ello. El final es celebratorio pero no se puede detectar por qué. Es casi una despedida grupal, como si estos músicos islandeses estuviesen todos a punto de saltar de un precipicio hacia el desconocido. Empieza otra vez el vídeo, y de repente te das cuenta de por qué celebran.

«Paisajes emocionales», en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid, 2022. Foto: Roberto Ruiz | Cortesía de Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21).
Gabriel Virgilio Luciani

Sobre el autor

La esfera de investigación llevada a cabo por la comisaria Gabriel Virgilio Luciani (Atlanta, 1995) se encuentra en una intersección gaseosa entre la poesía, las neocorporeidades, la teoría queer, la magia y la afectividad objetual. Estas esferas de investigación las ha ido explorando mediante exposiciones formales, publicaciones e intervenciones poéticas en los últimos seis años, y muchas de las cuales realizadas mientras cursaba el Grado de Artes y Diseño en la Escola Massana. Entre los años 2016-2019, la mayor parte de su práctica curatorial la llevó a cabo ejerciendo de comisaria en el espacio autogestionado de referencia, La Cera 13, fundado por artistas jóvenes que moldearon un laboratorio altamente experimental y radical en el Raval. En 2020, acabó su Máster en Comisariado de Artes Digitales en la Universitat Ramon Llull, durante el cual trabajaba para el director de la galería Dilalica. En 2019-2020, hizo de residente curatorial junto con Margot Cuevas a Tangent Projects en L’Hospitalet de Llobregat que concluyó con el comisariado de una exposición colectiva en el espacio expositivo en octubre 2020. A lo largo los últimos seis años, sus exposiciones han sido incluidas en varias ediciones de ArtNou y Loop, y ha comisariado y co-comisariado proyectos en THEFLOOR, The Charlotte Art League, la Cera 13, TKM Room, l’Escola Massana, àngels barcelona espai 2, Tangent Projects, L&B gallery, Galeria H2O, Espai Souvenir y en el Reial Cercle Artístic dentro del marco de Loop. Desde septiembre de 2021 es Jefa de Redacción de la revista digital exibart.es.