30 diciembre 2022

exibart.es ata cabos: decolonialismo y diásporas africanas

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El giro hacia el Global Sur se ve en los relatos explorados por los grandes museos y centros de cultura de nuestro país. ¿Son gestos suficientemente eficaces?

Vista de 'Globalisto. A Philosophy in Flux,' en el Musée d'art moderne et contemporain de St. Etienne, 2022. Cortesía de Mo Laudi.

En el año 2022, se han detectado varios intentos por parte de los museos y centros de arte contemporáneo de abordar los complejos y en algunos casos dolorosos procesos de decolonialismo en las naciones africanas y de unificar las comunidades diaspóricas que se encuentran en los países originariamente colonizadores. El sector artístico en nuestro país ha sido más receptivo a las narrativas procedentes de artistas y comisarias/os que buscan fomentar más diálogos sobre la trauma, la herencia, la crisis identitaria, la gloria, las nuevas comunidades y la celebración; todos ingredientes que a iguales partes conforman la experiencia y los procesos decoloniales.

Como apunte personal, esta escritora habla desde un punto de vista y realidad occidental y blanca, así que es evidente que no puede hablar en nombre de las personas afrodescendientes y comunidades diaspóricas. Habla como observadora sensible a los temas de opresión, segregación, desigualdad, discriminación y micro/macro-violencias. Como respuesta, su interés en promover voces africanas se ha visto manifestado en una serie de entrevistas que ha realizado en los últimos meses.

Viene a ser un capítulo abierto, creciente y posiblemente torpe dedicado a visiones contemporáneas africanas y de la diáspora africana, mayoritariamente gracias a la bondad de la comisaria y fundadora del espacio polivalente, The Over, Sara Catalán quien ha trabajado sin descanso en los últimos años para abrir los horizontes a nuevos discursos. El DJ y comisario sudafricano, Mo Laudi, el artista y fundador de un residencia artística zimbabuense, Admire Kamudzengerere, así como la artista catalana Bianca Batlle Nguema y la fotógrafa sudafricana Nontsikelelo Veleko —cuyas conversaciones saldrán en el mes de enero— han sido muy generosas/os en compartir sus visiones sobre el rol de las artes en los procesos y diálogos decoloniales.

Admire Kamuzengere en el taller de Sebastián Díaz, 2022. Cortesía de The Over.

Dicho esto, como recomendación de algunx de lxs participantes, la razón de ser de estas conversaciones no es necesariamente educativa. El rol de la redactora es de abrir un foro abierto y mutante que puede decantar por conversaciones sobre el decolonialismo de manera natural pero forzar el diálogo tampoco es la manera más idónea y cohesiva de abordar los temas complejos. Algunas personas se hartan de preguntas típicas, superficiales, sensacionalistas y procedentes del exotismo; desde luego. El foco sigue siendo el arte, pero en las conversaciones, de manera natural, surgieron perspectivas intrínsecamente ligadas al legado del colonialismo.

Comenzando con el diálogo con Mo Laudi, cuya masiva exposición Globalisto. A Philosophy in Flux fue comisariada por él en el Musée d’art moderne et contemporain de St. Étienne, se entendió que las conversaciones decoloniales tienen que tener lugar no solo en África sino también en los países colonizadores; dentro de los muros institucionales herméticos que tradicionalmente se han reservado solo para voces canónicamente ratificadas por jurados culturalmente homogéneos. La crítica y la revisión histórica tienen que venir desde dentro y desde las/os artistas verdaderamente afectadas/os por los temas en cuestión. La exposición de Laudi viene a ser una gran apología y desafío dirigidos a todas las instituciones artísticas europeas.

Fotograma de ‘Guillermina,’ de Aida Esther Bueno Sarduy, Cuba-España-Brasil, 2019. Cortesía de Matadero Madrid.

Luego, en el mes de septiembre, el Matadero Madrid, centro de creación contemporánea del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento acogió el festival Conciencia Afro que tiene como objetivo generar una emocionante jornada repleta de actividades e intervenciones artísticas como proyecciones de películas, charlas, performances, protagonizadas y organizadas por artistas, activistas y pensadoras/es que pertenecen a la comunidad africana, afrodescendiente y negra residente en el contexto español.

El festival, entre otras propuestas, responde a la noción equívoca, racista, reduccionista y perezosa de que «no hay artistas y pensadores negros en nuestro país» que actualmente plaga la sociedad española. No sorprende el hecho de que el colectivo Top Manta represente a España en la 18ª edición de la Bienal de Venecia de Arquitectura bajo la temática escogida por su directora artística ghanés-escocesa, Lesley Lokko. The Laboratory of the future pone el énfasis en el continente africano y las problemáticas estructurales y sociales vividas en Europa y África como el racismo, los tránsitos migratorios, la sostenibilidad alimentaria, la privatización del espacio público y el feminismo. Efectivamente, hay voces africanas con sede en Europa que generan cultura.

Retrato de algunos miembros de Top Manta. Fotografía de Playground Do. Fuente: globalvoices.org

Por este motivo, son diálogos altamente necesarios. Vienen tarde, pero vienen igualmente con intenciones renovadas. Por fin, comisarias/os africanas/os pueden dirigir una conversación sobre las experiencias y realidades que pertenecen a su propia comunidad en lugar de una persona blanca que hace de portavoz como en el caso de la comisaria francesa, Catherine David, pese a sus buenas intenciones.

Por ejemplo, el pasado mes de noviembre, los centros de arte y de cultura de la ciudad de Málaga explotaron con fotografía de autoras/es africanas/es y de la diáspora dentro del marco de una iniciativa que se inauguró este año con 36 artistas participantes. La Bienal de Fotografía Africana Ozangé pretende fomentar relaciones entre el continente europeo y africano mediante nuevos diálogos engendrados por la mirada cultural. Dirigido por Owanto, artista francesa de origen gabonés, se tejía un relato sobre las realidades de mujeres artistas mediante un espacio de intercambios, encuentros y oportunidades para fotógrafas/os jóvenes y las nuevas generaciones artísticas.

Rahima Gambo – Tatsuniya, ‘Ruth, Amina, and the three Aisha’s play “In and Out,’ 2017. Cortesía de La Térmica.

En la misma línea generacional, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza tuvo el placer de acoger a la joven artista afroandaluza Carla Hayes Mayoral, quien viajará dentro de poco a la Feria de Arte de la Ciudad del Cabo para exponer con la galería Reiners Contemporary. En Madrid, expuso una serie de obras construidas a partir del tejido, la rafia y los bordados tras haber decidido investigar sobre la creación de nuevos relatos que den explicación —ficticia o real— a las divisiones culturales e identitarias causadas por los procesos de colonización. En un gesto de coger la riendas de su propio relato, un relato robado y distorsionado por historiadores, la artista ambiciosamente teje un nuevo patrón liberador que rompe las manillas de la historicidad blanca y occidental.

Mantón, del proyecto ‘Memorias Mestizas’, Carla Hayes Mayoral. Cortesía del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

El prestigioso dúo afincado en Londres, The Otolith Group (fundado en 2002 por Anjalika Sagar y Kodwo Eshun) aterrizó en el Guggenheim Bilbao con una serie de instalaciones fílmicas que abordan ferozmente el Antropoceno, el afrofuturismo, la revisión histórica, la teoría crítica y la ciencia ficción. También en Euskadi, Indésiderables. Del bombardeo al campo. Trayectos del exilio se expone actualmente en el San Telmo Museoa (STM) hasta el 29 de enero de 2023, se enfrenta a las doctrinas coloniales, nacionalistas y totalitarias del siglo XX, a la base de estos confinamientos y genocidios que utilizaron ciencias como la biología, la antropología, la paleontología, la medicina y la psiquiatría para justificar la categoría de «inferioridad humana» y para alejar de la sociedad las «semillas sucias y débiles» que amenazaban la estabilidad de una civilización sana y fuerte.

Halil Altindere, ‘Köfte Airlines’, 2016. Fuente: página oficial de Halil Altinere.

En el MACBA de Barcelona, el comisario y coreógrafo sudafricano Jay Pather presentó una análisis de las obras de artistas vivos contemporáneos de Sudáfrica, así como de Ghana, Nigeria, Senegal, Zimbabue y Camerún. Tuvo como objetivo señalar cómo el colonialismo opera sigilosamente mediante tácticas subversivas y sutiles en la cultura visual. Una de las figuras más reconocidas en la actualidad, también procedente de Sudáfrica, Zanele Muholi expuso una gran monográfica en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) de València que mostró la realidad diversa, queer y fusional de las naciones africanas mediante una fotografía confrontacional y poética. Rompe con la visión fotográfica recurrente de paisajes lánguidos y comunidades empobrecidas que normalmente procede de fotógrafos occidentales y contribuyen a una perspectiva parcial y pseudo-simpática sobre las naciones africanas.

Zanele Muholi, ‘Bester I, Mayotte’, 2015. Cortesía de le artista y Stevenson, Cape Town/Johannesburg/Amsterdam y Yancey Richardson, Nova York. Fuente: Página web oficial del Institut Valencià d’Art Modern.

Las afroamericanas Ellen Gallagher y Carrie Mae Weems fueron acogidas en el Centro Botín de Santander en el caso de la primera y en el MACBA, Foto Colectania y el KBr Fundación MAPFRE en el caso de la segunda. Gallagher se navega conceptualmente por temas urgentes como la raza, la identidad y la transformación explorados mediante la abstracción modernista y la biología marina. Luego, temas como el género, la raza, la sociedad de clases o cuestiones políticas se exploran a través de la obra de Weems quien busca establecer diálogos con numerosas comunidades con la intención de conectar diferentes generaciones basándose en influencias comunes y un sentido recíproco de la responsabilidad.

No hay que felicitar a ninguna de las instituciones por estas nuevas inclusiones y aberturas. Tendrían que haber formado parte del relato desde hace siglos, pero por motivos y hechos obvios, eso no ha sucedido. Okwui Enwezor, comisario del Documenta11 en Kassel, Alemania en 2002 fue una de las primeras figuras africanas incorporadas en una posición de poder institucional quien empezó a colaborar de manera más digna y auténtica con artistas del Global Sur así como voces africanas/os y de la diáspora; un hecho que ocurrió tan solo hace 20 años. 

‘Sin título (Mujer con hija)’ de la serie ‘Mesa de cocina’, 1990 © Carrie Mae Weems, cortesía Jack Shainman Gallery, New York y Galerie Barbara Thumm, Berlin.

Por lo tanto, aún queda mucho por aprender. Pero está claro que la respuesta se encuentra en la invitación a más artistas y comisarias/os al Estado español. No solo en la invitación a venir a exponer de manera fugaz, sino a venir a tomar control de los hechos y relatos decoloniales explorados en las instituciones de poder. Más roles en los equipos directivos, jurados, departamentos de curaduría, gestión, administración, colecciones y archivos deben ser ocupados por perspectivas más diversas para más consistente y fluidamente aplicar nuevas prácticas panorámicas a las metodologías museísticas. No insistiré más. Dejaré que las personas adecuadas lo hagan; o que lo sigan haciendo. Lo único que puedo hacer es insistir en que las personas blancas y occidentales nos abramos a un desplazamiento de privilegio y poder aunque sean microgestos por ahora. La escucha generosa y la revisión del orgullo y nacionalismo son esenciales en estos tiempos.