03 agosto 2021

Los modelos cercanos de Lucian Freud

de

Tate Liverpool estudia el perfil íntimo del artista

Freud, Man with a Thistle (Self-Portrait), T00422

Cuando se cumplen diez años de su fallecimiento, Tate Liverpool rinde homenaje este verano a una de las figuras señeras de la pintura británica y del retrato moderno en la segunda mitad del siglo XX, Lucian Freud. Sus muestras son habituales en Londres, pero no tanto en esta zona noroeste de Inglaterra, que no acogía una exposición de este artista desde hace treinta años; la que ahora le brinda la Tate, “Real Lives·, reúne algunos de sus lienzos y grabados emblemáticos y también fotografías que nos acercan a su taller y su vida personal.

El recorrido presta especial atención a sus modelos, que en el caso de Freud a menudo fueron familiares y amigos a los que pintó en diversas ocasiones a lo largo de los años, en trabajos en los que dio cuenta de la evolución de su visión de estos cercanos, pero también de los avances en su virtuosismo técnico y del desarrollo de su estética.

Amante siempre de su privacidad, el camino más directo para acercarnos a Freud como hombre son justamente sus propias obras, por eso este proyecto quiere rastrear, a partir de ellas, los cambios personales y artísticos que atravesó y a quienes entraron y salieron de su vida a lo largo de cerca de seis décadas. Ya afirmó él mismo que su legado era puramente autobiográfico, que se centraba en sí mismo y en su entorno y que creaba a partir de la gente que le interesaba y se sentía más libre trabajando junto a ellos que solo. También es sabido que, en cada una de sus pinturas, celebró el autor inglés el cuerpo humano en todas sus formas y volúmenes, concediendo una atención abierta y franca a lo físico que rara vez algún artista había cultivado antes sin esconder vulnerabilidades.