23 junio 2022

exibart.es entrevista: Flor Reiners, mediadora de fronteras

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Nos sentamos con la fundadora de Reiners Contemporary Art, un proyecto galerístico con una fuerte vertiente social e internacional.

Retrato de Flor Reiners. Cortesía de Reiners Contemporary Art.

Flor Reiners es una figura singular en nuestro país. La galerista y agente cultural brasileña ha desempeñado varios roles esenciales en una diversidad rica de contextos dentro y fuera del Occidente que señalan a su pasión por el trabajo mediático y los temas sociales abrasadores que afectan su país natal o cualquier contexto en que se encuentra. Actualmente, la pequeña capital de la Costa del Sol, Marbella, es el lugar donde ella ha decidido dejar crecer sus raíces. Hace tres años, abrió la galería Reiners Contemporary Art que rápidamente se ha integrado en el tejido local gracias al aire fresco que importa a la zona.

“El proyecto nació para que pudiera seguir mi relación con Brasil y Alemania. Soy de Brasil pero estudié Historia del Arte en Alemania y siempre he trabajado en el sector del arte. He trabajado como asesora en museos y en colecciones privadas. Luego cuando me trasladé a Marbella empecé a pensar en qué forma podía seguir colaborando con los otros dos países en el contexto andaluz. De allí surgió la idea de hacer una galería de arte contemporáneo,» comenta la galerista con orgullo.

Vista de ‘Espejito, espejito’ de Sali Muller, 2022. Cortesía de Reiners Contemporary Art.

El proyecto sirve como un portal a un abanico de realidades diversas, tanto locales como lejanas. Sin caer en lo etnográfico, Reiners funciona como mediadora cultural ya que alberga preocupaciones urgentes por la violencia de género, el crimen, la desigualdad sociopolítica, la diáspora africana, el racismo, los demográficos marginalizados y la confluencia de orígenes. Su país es uno de los más diversos de este planeta, y por eso desea fomentar nuevas relaciones entre Europa, Sudamérica y África mediante el arte y la producción contemporánea.

Al preguntar si estos intereses siempre habían formado parte de su manera de concebir el mundo del arte, narra brevemente su pasado: «antes cuando estaba trabajando más en Alemania y Brasil, creando intercambios en museos públicos, uno de los trabajos que realicé fue con un museo. Tuve la función de aumentar el diálogo entre la institución y niños con ‘carencias sociales’, por ejemplo. Es decir, con gente que convive con niveles de pobreza y violencia muy altos. Teníamos la intención, pues, de hacer que el museo fuera un sitio seguro donde pudiera confluir niños de varias procedencias para que pudieran alejarse de las drogas y la violencia de su entorno. Así que vengo de esta dinámica y así he abordado mi galería. Ahora es diferente ya que la galería es un proyecto privado, pero intento traer y mover obras que hablan sobre estos temas. Intento crear espectáculos, sean en la galería o en una feria de arte.»

Por lo tanto, Reiners Contemporary Art no solo ofrece una programación anual regular en su galería sino que también acoge a artistas que viven fuera de España para venir a realizar residencias de unos tres meses y luego una exposición. Este gesto engendra relaciones más próximas y también le dota a la galerista con un papel más curatorial, y no solo comercial. Cabe destacar que la galería está en pleno crecimiento y expansión. Con tal de poder permitirse el desarrollo de producciones más ambiciosas con menos límites, se trasladarán a una finca ubicada céntricamente en la Milla de Oro de Marbella que próximamente se convertirá en la sede única y oficial de la galería, y un espacio donde realizar residencias artísticas. De hecho, actualmente ya cuenta con su primer habitante, Éder Oliveira (Brasil, 1983), quien está acabando su residencia en la finca preparando para su exposición en la galería.

Retrato de Éder Oliveira. Cortesía de Reiners Contemporary Art.

Sobre las intenciones que tiene para las residencias, Reiners comenta que la galería «ha sido un proyecto más pequeño en un espacio más humilde durante los primeros años de apertura. Siempre he trabajado con residencias artísticas. Traer a artistas internacionales aquí, por el tema de la distancia y los envíos de obras de arte, es muy caro. Las residencias solucionan esto. También sirven para que el artista me conozca mejor a mí y al entorno donde va a exponer. Tenemos la oportunidad de producir obras de escalas más grandes con artistas que crean directamente en el local.»

A pesar de haber pasado por un año y medio sin realizar las residencias a causa del COVID-19, la galería ha vuelto con fuerza y con intereses renovados. «Proyecto que, a finales de este año si no a principios del año que viene, vamos a abrir el nuevo espacio. Tendrá otro tipo de formato ya que contará con un espacio mucho más grande con más posibilidades para esculturas e instalaciones. Asimismo, proporciona espacio para que el artista pueda trabajar directamente con el contexto. Es lo más lógico ya que generan obra nueva que acaban exponiendo allí mismo», remarca la galerista.

Reiners trabaja en formato «triangular», España siendo el ángulo principal que colabora con Alemania y Brasil. «Traigo a artistas brasileños aquí a España y luego a los artistas alemanes les llevo a Brasil. Fomento intercambios intercontinentales para que los artistas salgan de su zona de confort y generen diálogos con contextos nuevos.» Este triángulo fértilmente otorga oportunidades emocionantes a los artistas que ella selecciona con un criterio claro: «Siempre digo que mi galería es como un periódico. Hay artistas que hablan de temas políticos, de la diáspora africana, luchas entre el hombre y la naturaleza, la memoria histórica de su país, etc. Luego destaca el hecho de que la galería suele trabajar con obras figurativas; hay poca obra abstracta.»

Dada su omnipresencia en varios países, preguntamos por las diferencias y similitudes que la galerista detecta en los distintos contextos en los cuales opera. «En el caso de Europa versus Latinoamérica, es cierto que en Brasil los artistas que envío a Europa ya tienen buenas relaciones con galerías y museos, y están muy acostumbrados a sentirse integrados en la escena. Luego cuando llegan a Alemania por ejemplo, notan que hay una dinámica muy similar pero igualmente más cerrada que ellos de repente tienen que conquistar haciendo un trabajo aún más potente. Les hace trabajar más. La obra de Éder Oliveira, por ejemplo, es una producción que en Brasil se ha visto bastante, gracias a los grandes formatos como murales en los cuales trabaja. En los tres meses que ha estado aquí en Marbella, he observado una maduración enorme…extrema.»

Vista de ‘The Ritual of Memories’ de Iwajla Klinke, 2020. Cortesía de Reiners Contemporary Art.

Es una agente que oscila fluidamente entre estos países, con intenciones de dar apoyo a sus artistas. Es su único interés. Como síntoma de ello, se da cuenta de las idiosincrasias y tendencias de mercado, compra, venta y aptitud por el riesgo. «La clase media alemana parece consumir más arte comparado con la clase media española o brasileña. Hay una tendencia: en Alemania la venta es mucho más espontánea. Los alemanes se arriesgan más con el tema de la diáspora. Aquí en la galería trabajamos mucho con artistas de diásporas en España y en Brasil. Y noto que, ante de una de sus obras, el alemán es el más abierto, más que el español. Son matices que influencian mucho en la compra y la cultura.» 

No es de extrañar escuchar que España cuenta con una cultura reticente a la hora de invertir en el arte contemporáneo en general, y mucho menos en reflexiones que provienen de fuera del Occidente. Una de las quejas principales que se ve compartida por el tejido galerístico es justamente la gestión de las ventas y la variedad —y simplemente la cantidad— de coleccionistas. Los procesos de compra son más lentos y menos frecuentes. Mientras en Brasil y Alemania, entre las mismas clases económicas y sociales, se ve más voluntad de experimentar. «El coleccionista español suele necesitar más tiempo, y luego en Alemania e incluso en Brasil, son procesos más espontáneos», afirma Reiners sin lamentar ese hecho. Tiene fe en el sistema y lo que le importa es mantenerse fiel a sus intenciones de dinamizar las carreras de sus artistas.

«Tengo artistas brasileños que están muy bien integrados en el mercado español, como por ejemplo Flavia Junqueira. Es una fotógrafa que hace instalaciones explosivas con globos. Hicimos una gran instalación en Madrid en el Palacio Fernan Nuñez y en el Palacio Santoña y ahora el Liceu de Barcelona le ha invitado para hacer una intervención. Siento que, en este caso, he podido cumplir mi función como galerista; es decir, la de insertar a una artista mía en un contexto mucho más visible y público que va más allá de ‘compras y ventas’.» Está claro que Reiners quiere enfatizar su trabajo mediático y casi diplomático. El componente comercial es importante, pero proporcionar una plataforma a nuevas voces reivindicativas que dan luz a las problemáticas de nuestro país que aún lucha por definir su relación con cuerpos racializados, no tiene precio.

Flavia Junqueira, ‘Parece un sueño’, 2022. Cortesía de Reiners Contemporary Art.

Comenta al respecto: «ahora estoy colaborando con una artista afro-andaluza, Carla Hayes Mayoral, que tiene una relación postcolonial en su obra que dialoga con mis artistas brasileños y con el mercado brasileño. Es una figura muy importante porque muestra mi relación con el entorno y la historia y la actualidad de aquí de Andalucía. No quiero ser un cuerpo extraño. Muchas personas jóvenes locales dicen que se inspiran mucho en la pintura que presento. Para ellos es un punto de diálogo. Eso también es importante, no solo la venta. Sigo las programaciones de otras galerías que están en la zona, e incluso compro en otras galerías. Intento siempre estar en diálogo con mi entorno.» En cuanto a la variedad cultural que se ve en España, Reiners busca inspirar un cambio a través del arte y las plataformas de visibilidad para que luego las grandes instituciones detecten nuevas tendencias y realidades que proceden de nuestro vecindario expandido. 

Gabriel Virgilio Luciani

Sobre el autor

La esfera de investigación llevada a cabo por la comisaria Gabriel Virgilio Luciani (Atlanta, 1995) se encuentra en una intersección gaseosa entre la poesía, las neocorporeidades, la teoría queer, la magia y la afectividad objetual. Estas esferas de investigación las ha ido explorando mediante exposiciones formales, publicaciones e intervenciones poéticas en los últimos seis años, y muchas de las cuales realizadas mientras cursaba el Grado de Artes y Diseño en la Escola Massana. Entre los años 2016-2019, la mayor parte de su práctica curatorial la llevó a cabo ejerciendo de comisaria en el espacio autogestionado de referencia, La Cera 13, fundado por artistas jóvenes que moldearon un laboratorio altamente experimental y radical en el Raval. En 2020, acabó su Máster en Comisariado de Artes Digitales en la Universitat Ramon Llull, durante el cual trabajaba para el director de la galería Dilalica. En 2019-2020, hizo de residente curatorial junto con Margot Cuevas a Tangent Projects en L’Hospitalet de Llobregat que concluyó con el comisariado de una exposición colectiva en el espacio expositivo en octubre 2020. A lo largo los últimos seis años, sus exposiciones han sido incluidas en varias ediciones de ArtNou y Loop, y ha comisariado y co-comisariado proyectos en THEFLOOR, The Charlotte Art League, la Cera 13, TKM Room, l’Escola Massana, àngels barcelona espai 2, Tangent Projects, L&B gallery, Galeria H2O, Espai Souvenir y en el Reial Cercle Artístic dentro del marco de Loop. Desde septiembre de 2021 es Jefa de Redacción de la revista digital exibart.es.