14 julio 2025

ARTESANTANDER, la feria de arte contemporáneo frente al mar

de

Entre la calma estival y el vértigo otoñal, ARTESANTANDER zarpa a contracorriente, llevando el arte contemporáneo al corazón del verano europeo.

Vista de una de las galerías en ARTESANTANDER. Foto de Santi Ortiz. Cortesía ARTESANTANDER.

Hablar de ferias de arte europeas en pleno verano puede parecer una herejía. Sin embargo, en el norte de España, entre la playa del Sardinero y la Fundación Botín, del 11 al 15 de julio se celebra en la capital de Cantabria la 33ª edición de ARTESANTANDER.

Bajo la dirección de Mónica Álvarez Careaga, la feria reúne a 40 galerías con más de 120 artistas de procedencia nacional e internacional. Cuenta además con el apoyo del Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander y la colaboración de instituciones como el Institut d’Estudis Balearics y el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

En la inauguración, la alcaldesa de Santander, Gema Igual Ortiz, y la directora de la feria, Mónica Álvarez Careaga, estuvieron acompañadas por la directora general de Cultura y Patrimonio Histórico del Gobierno de Cantabria, Eva Guillermina Fernández, y la responsable técnica del proyecto del Institut d’Estudis Balearics, Karen Muller. Juntas presentan una idea de feria que va más allá del evento comercial: se trata de un proyecto cultural sólido y curatorialmente riguroso, desarrollado con precisión por el comité compuesto por Joaquín García Martín y Jan-Philipp Fruehsorge.

Este año, la pintura cobra un protagonismo especial, reafirmándose como medio central en el arte contemporáneo. Entre las 40 galerías participantes, 10 son extranjeras (provenientes de Alemania, Italia, México, Portugal y Francia), y 14 acuden por primera vez.

Presencia italiana: narrativa íntima y emoción visual

Tres son las galerías italianas presentes en ARTESANTANDER 2025:

  • A Pick Gallery (Turín), que propone un proyecto fotográfico con las artistas Leila Erdman Tabukashvili (Siberia, 1995) fotógrafa nómada y “ciudadana de una identidad hecha de identidades, geografías, culturas y lenguas”, junto a Maria Elisa Ferraris (Turín, 1995).

  • Shazar Gallery (Nápoles), que presenta el trabajo de la artista Aleza Zheng (Shenyang, 1999).

  • Bi-Box Art Space (Biella), con un proyecto profundamente emotivo y simbólico protagonizado por lxs jóvenes artistas PAMCOC (Reggio Emilia, 1983) y Matteo Beltrami.

El proyecto de Bi-Box, titulado Coming of age, toca el corazón y fija la mirada. La expresión inglesa coming of age alude a ese proceso indefinible, pero reconocible, en el que se cruza el umbral de la madurez: cuando cambia la percepción del tiempo, se adquiere conciencia de la responsabilidad y se entiende que cada elección tiene consecuencias. Aunque se pierde cierta ligereza, se gana una mirada más amplia sobre el mundo. Es un tránsito íntimo pero universal.

Las obras de PAMCOC y Beltrami capturan esa transformación suspendida: cuerpos jóvenes, escenas domésticas, gestos detenidos. Una espalda desnuda, una chica en el sofá, un peluche infantil, zapatos atados que impiden avanzar, un ramo de flores a punto de entregarse. Hay palabras escritas sobre la tela, pequeños candados, símbolos irónicos o melancólicos del deseo de proteger lo íntimo en un mundo donde todo se expone. El coming of age no se declara, se insinúa como una tensión emocional, un susurro entre lo que se dice y lo que aún permanece en silencio.

PAMCOC, ‘Culo n3’. Cortesía de Bi Box Art Space.

Chromáticas y rituales: del azul al taller convertido en reliquia

La galería Carrasco (Madrid) apuesta por el color con la serie Chrôma de Carmen Castañeda (Guadalajara, 1941-2007), donde el azul domina en obras hechas con lentejuelas superpuestas. La deformación del gesto, el límite espacial, y la repetición del movimiento convierten el material en algo orgánico, casi meditativo, una naturaleza que se calma a través del acto artístico repetido hasta el infinito.

Por su parte, el colectivo Lariot presenta un solo show del artista cántabro Mario Antón, recreando su estudio dentro del stand, en una instalación que recuerda tanto a un relicario como a un refugio espiritual. El espacio expositivo se transforma en escenario íntimo del proceso creativo, donde la obra es también gesto, herramienta y pensamiento. Inspirado en la pintura medieval y renacentista, Antón trabaja con antiguos trípticos religiosos que interviene con nuevas imágenes y símbolos. A través de un proceso de “restauración inversa”, construye nuevas narrativas visuales que interrogan lo ecológico, lo espiritual y lo político desde un lenguaje cargado de memoria.

Miniaturas, crímenes y naturalezas muertas

La artista Juana García–Pozuelo (Logroño, 1978), representada por Galería Llamazares (Gijón), presenta su “colección de pequeños crímenes sin importancia”: miniaturas al óleo no más grandes que un smartphone, inspiradas en su residencia en Estados Unidos. Son casas típicas americanas, como las de las películas, que a veces parecen escenas de crímenes invisibles.

El recorrido expositivo cierra con ‘Paisajes suspendidos: bodegones marinos’ del artista Jorge Diezma (Madrid, 1973), con el apoyo del Institut d’Estudis Balearics. Diezma retoma el género histórico de la naturaleza muerta marina del barroco italiano del siglo XVII para recontextualizarlo en el presente. Lejos de la nostalgia, plantea un paralelismo entre épocas de aparente decadencia, resaltando el potencial de la pintura como medio de resistencia en tiempos de crisis. Curado por Cristina Anglada, el proyecto pone en valor el gesto pictórico y la materialidad, proponiendo una lectura crítica del presente desde lo simbólico y lo marino.

Carmen Castañeda, ‘Chrôma’. Cortesía de la galería Carrasco.

ARTESANTANDER 2025: un espacio para repensar el presente

ARTESANTANDER 2025 se consolida como un dispositivo curatorial que desactiva la retórica habitual de las ferias y devuelve al arte su capacidad crítica. La pintura, aparentemente fuera de moda, se revela como lenguaje vivo, capaz de interpelar nuestro tiempo desde la materia y la imagen. Las decisiones curatoriales, certeras y no normativas, subrayan el gesto artístico como forma de resistencia.

Más que una feria «fuera de temporada», ARTESANTANDER se convierte en un espacio necesario de fricción, donde el arte no pretende tranquilizar, sino trasladar la mirada, salirse de lo predecible y abrir nuevos espacios de pensamiento.

Versión en castellano del artículo original de Simona Gavioli para exibart Italia. Puedes consultar el texto original en italiano aquí.