09 julio 2025

En modo resonancia: Claudia Elies anuncia una nueva etapa para La Fabra – Centre d’Art Contemporani (Barcelona)

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Un planteamiento se construye a partir de ideas sencillas, pero firmes: hacer con lo que ya existe. Leer el contexto, escuchar el lugar, trabajar desde el respeto por el tejido previo y activar conexiones latentes.

Claudia Elies i Jordi Ferreiro en la presentación de la nueva etapa de La Fabra - Centre d'Art Contemporani (Barcelona). Foto de Eva Carasol. Cortesía de La Fabra.

Una caja de resonancia, en su definición más simple, es una estructura física que amplifica los sonidos. Los recoge, los contiene por un instante y los hace vibrar más allá de su origen. En el terreno artístico, este concepto se transforma en metáfora: un lugar capaz de recibir voces, ideas y prácticas, para devolverlas transformadas, amplificadas y en diálogo con su entorno. Bajo esta imagen, Claudia Elies (Barcelona, 1990) —nueva directora de La Fabra Centre d’Art Contemporani (Barcelona)— articula su propuesta de dirección artística: «estructurar un centro que recoja y emita sonidos, que se imbrique en todo aquello que sucede alrededor».

Este planteamiento se construye a partir de ideas sencillas, pero firmes: hacer con lo que ya existe. Leer el contexto, escuchar el lugar, trabajar desde el respeto por el tejido previo y activar conexiones latentes. Así lo explicó la propia Elies durante la rueda de prensa de presentación, donde definió dos ejes centrales para esta nueva etapa: compromiso y confianza. El compromiso entendido como una voluntad de arraigo —con la ciudad, el barrio, las comunidades— y la confianza como herramienta metodológica: solo así se puede tejer una programación coherente, sensible y útil.

Para Elies, los centros de arte no están obligados a reproducir modelos cerrados. Al contrario: son espacios de libertad institucional que pueden servir como laboratorios para pensar otras maneras de hacer. Prototipar metodologías, experimentar formatos, asumir el error como aprendizaje. En ese sentido, La Fabra se perfila como un campo de ensayo de nuevas prácticas, tanto artísticas como curatoriales, pedagógicas o comunitarias.

En este contexto, uno de los pilares fundamentales del proyecto es la sostenibilidad, entendida en un sentido amplio. Por un lado, se plantea una atención crítica a los procesos materiales: ¿qué producimos?, ¿cómo almacenamos?, ¿qué residuos generamos?, ¿cuál es la huella de nuestras decisiones? Por otro, se introduce la idea de sostenibilidad como sensibilidad con el entorno, como recogida de saberes ya presentes, como atención a los cuerpos y a los tiempos de trabajo.

Programar como servicio público

Otra característica definitoria del proyecto es la horizontalidad entre la programación expositiva y la programación pública y educativa. Ambas tendrán el mismo peso, el mismo cuidado, y se conciben como «dispositivos de aprendizaje independientes». En esta lógica, La Fabra se afirma como un «servicio público», en palabras de la misma Elies, donde el acceso a la cultura y la participación ciudadana no son complementos, sino fundamentos.

Por esta misma razón, la puesta en marcha de la nueva etapa de La Fabra es inmediata. Del 14 al 16 de julio arranca Practicum, una escuela de verano dirigida por lxs artistas André Romão (Lisboa, 1984), Mònica Planes (Barcelona, 1992) y Toni Hervàs (Barcelona, 1981), y en septiembre comenzará un ciclo de performances comisariado por Noela Covelo (Pontevedra, 1994). Ambos proyectos apuestan por la conversación, la experimentación y la pedagogía como prácticas artísticas en sí mismas.

Una de las piezas clave en este engranaje es la presencia del artista y educador Jordi Ferreiro (Barcelona, 1982), responsable de las actividades públicas y pedagógicas del centro. Su incorporación forma parte integral del proyecto de dirección artística de Elies y se traduce en apuestas concretas como la creación del Consell Ciutadà [Consejo Ciudadano], un órgano consultivo compuesto por entidades vecinales que guiará, de forma transversal, las líneas de trabajo del centro. Como explicó Ferreiro, este consejo articulará su acción en torno a tres ejes –educación, acceso a la cultura y curas–, y garantizará que la programación se mantenga en contacto con el tejido social del territorio, desde una lógica de participación sostenida en el tiempo.

Algunas anticipaciones sobre el programa expositivo

La programación 2025–2026 de La Fabra – Centre d’Art Contemporani se plantea como un recorrido plural, intergeneracional y permeable, que articula distintas genealogías artísticas desde una perspectiva situada. Incluirá exposiciones individuales de artistas como Fuentesal Arenillas, que dialogarán con la memoria fabril del edificio a partir de su proyecto Carrusel; Julia Montilla (Barcelona, 1970), que presentará Strawberry Fields, obra producida gracias al Premi de Videocreació, y que aborda las condiciones de vida de las temporeras y problematiza las lógicas de la agricultura intensiva en relación con el pasado colonial y el presente extractivista; la primera exposición individual de Patricia Esquivias (Caracas,​ 1979) en Barcelona, organizada en colaboración con Caniche Editorial; Claudia Pagès (Barcelona, 1990), con una muestra comisariada por Rafa Barber; y la primera individual en el Estado de Nora Aurrekoetxea (Bilbao, 1989) que mostrará obra reciente producida específicamente para La Fabra junto a trabajos ya presentados en el contexto internacional.

Asimismo, a comienzos de 2026, la comisaria Chiara Cartuccia propondrá una exposición colectiva centrada en videoartistas del norte de África, que girará en torno al Mediterráneo como espacio de tensiones, cruces y desplazamientos. También se presentarán las obras finalistas del Premi Miquel Casablancas 2026, un proyecto consolidado de apoyo a la creación emergente que mantiene su vínculo con Sant Andreu Contemporani. A esto se suman colaboraciones editoriales, procesos de mediación de largo recorrido y ciclos de performance, como el ya mencionado comisariado por Noela Covelo en septiembre, que explorarán el potencial crítico del cuerpo, la voz y la presencia.

Más allá del contenido concreto de las exposiciones y actividades, lo que define esta etapa de La Fabra es su forma de construcción: una programación que no se impone, sino que se construye porosa y colectivamente, en complicidad con otros centros, agentes y contextos de proximidad. Esta red de alianzas —tanto locales como institucionales— permite a La Fabra funcionar como plataforma de circulación y coproducción, donde el diálogo con otras entidades no es accesorio, sino estructural.

La cuestión que se abre ahora es cómo esta propuesta —tan profundamente arraigada en el territorio y consciente del lugar desde donde produce conocimiento— será capaz de resonar más allá de su contexto inmediato, de conectar con otras geografías y discursos, sin diluir su especificidad. El reto será mantener esa tensión fértil entre lo cercano y lo expansivo, entre la escucha del barrio y la proyección hacia un ecosistema artístico más amplio.

El proceso de contratación

La nueva etapa de La Fabra no está exenta de antecedentes complejos. El proceso de selección de la dirección artística, resuelto con el nombramiento de Claudia Elies, se desarrolló inicialmente en un clima de tensión sectorial. Diversas voces del ecosistema artístico, entre ellas asociaciones profesionales de referencia como el ACCA o la PAAC, expresaron su disconformidad con las condiciones del concurso público convocado por el Instituto de Cultura de Barcelona (ICUB), al considerar que no garantizaba estándares adecuados de transparencia ni condiciones laborales justas. Uno de los ajustes más destacados introducidos como respuesta a estas críticas fue la extensión de la duración del contrato de dirección, que pasa de dos a cuatro años. Este cambio se considera clave para asegurar una planificación más estable y para permitir el desarrollo de proyectos de largo recorrido.

La Fabra forma parte del Sistema Públic d’Equipaments d’Arts Visuals (SPEAV) y cuenta con el apoyo del ICUB. En este marco, la implicación del MACBA como aliado en el proceso de nombramiento de la dirección artística respondió a dos necesidades urgentes: agilizar la contratación y reflejar el funcionamiento en red del ecosistema artístico barcelonés y catalán. Así lo explicó el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marcé, quien reconoció la dificultad de encontrar modelos contractuales que respondan a la realidad del trabajo artístico y curatorial.

La colaboración con el MACBA, sin embargo, no implica ninguna dependencia o integración institucional. Como recalcó su directora, Elvira Dyangani Ose, el papel del museo es técnico y de acompañamiento, con el objetivo de garantizar buenas prácticas y consolidar una dirección con vocación de largo recorrido. Según Dyagani Ose, uno de los valores de la propuesta de Claudia Elies es precisamente esa mirada «hiperlocalizada pero versátil, capaz de activar conexiones con otras prácticas y comunidades del mundo». Observaremos con curiosidad e interés los próximos pasos.

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Claudia Elies Oliveras ha sido directora del Festival de Arte Emergente ART NOU y coordinadora del programa de artes visuales de Can Felipa (Barcelona). Desde 2016 ha comisariado y editado contenidos para múltiples proyectos como la exposición Sumario Astral en la Fundación Joan Brossa – Centro de las Artes Libres (2025). También ha desarrollado programas públicos como Al Llindar (2020 – 2023), un proyecto entre el programa de artes visuales de Can Felipa y la Asociación de Vecinos del barrio de Poblenou con el fin de realizar un proyecto artístico anual sobre los intereses y las problemáticas que afectan a la vida de barrio. También tiene experiencia como coordinadora de exposiciones y proyectos. Tiene un máster en Teoría del Arte Contemporáneo (Goldsmith, University of London) y el Grado de Historia del Arte por la Universidad de Barcelona y el D.A.M.S. de la Università degli Studi di Bologna.

Claudia Elies en la presentación de la nueva etapa de La Fabra – Centre d’Art Contemporani (Barcelona). Foto de Eva Carasol. Cortesía de La Fabra.
Carolina Ciuti

Sobre el autor

Carolina Ciuti (Pistoia, 1990) es comisaria de arte contemporáneo. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Florencia y con un máster en Arte Contemporáneo por el Sotheby’s Institute of Art de Londres, desde 2021 dirige la revista digital exibart.es. Fue Directora Artística del festival LOOP Barcelona (2017–2022), donde también trabajó como comisaria desde 2015, produciendo y comisariando exposiciones y eventos con artistas como Regina De Miguel, Basim Magdy, Agnes Meyer-Brandis y Aleksandra Mir, entre otrxs. Ha comisariado proyectos en instituciones como Fundació Suñol, MACBA, Museu Tàpies, KBr Centro de Fotografía de Fundación MAPFRE (Barcelona), FIAC (París) y Westbund Art & Design (Shanghái), entre otras. Es editora de las publicaciones Before the Name (RAM Editions, 2018) y I Have A Friend Who Knows Someone Who Bought a Video, Once (Mousse Publishing, 2016).