16 diciembre 2025

Santa Mònica (Barcelona) presenta un avance de su programación para 2026

de

La programación refuerza un modelo institucional centrado en la investigación artística, la colectivización de los procesos y la activación crítica de públicos diversos.

Presentación de la exposición 'Citissimum altissimum fortissimum' a Santa Mònica, 28.04.2025, Barcelona. Foto: Jordi Play/Santa Mònica.

La programación 2026 de Santa Mònica (Barcelona) consolida una línea de trabajo que entiende el centro como un espacio de experimentación sostenida, donde la exposición convive con la investigación, la mediación y la producción colectiva. Lejos de un modelo centrado exclusivamente en la exhibición, el proyecto articula una constelación de prácticas y agentes que sitúan el arte como herramienta de análisis del presente y de construcción de comunidad.

El eje expositivo del año se estructura en torno a dos grandes proyectos de proyección internacional. El primero, L’assalt de la il·lusió (marzo–septiembre), comisariado por Enric Puig Punyet (Director del centro) y coproducido con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, aborda el arte como dispositivo de ilusión, engaño y construcción de realidades. En un contexto marcado por la posverdad, las deepfakes y la inteligencia artificial, la exposición reúne obras–en su mayoría de nueva producción–de Anish Kapoor (Bombay, 1954), A.A. Murakami (dúo basado entre Tokyo y Londres), Aneta Grzeszykowska (Varsovia, 1974), Berndnaut Smilde (Groningen, 1978), Fabian Knecht (Magdeburgo, 1980), Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973), Núria Güell (Vidreras, 1981), MANS O + (Suiza, 1995), Joan Sandoval (Barcelona), Xesca Salvà (Mallorca, 1978) y Lucrecia Dalt (Pereira, 1980), entre otrxs, para examinar los vínculos entre percepción, poder y ficción.

El segundo gran proyecto, Boom Crash Candy Crush (octubre–enero), comisariado por Joana Moll, analiza cómo la tecnología cotidiana incorpora lógicas de militarización, control y explotación de datos en gestos aparentemente inocuos. A través de obras de Aram Bartholl (Bremen, 1972), Mediengruppe Bitnik (dúo basado en Berlín), Hito Steyerl (Múnich, 1966), Shona Illingworth (Escocia, 1966), ¥€$Si Perse (colectivo basado en Barcelona) y Mario Santamaría (Burgos, 1975), la exposición propone una lectura crítica del capitalismo digital y de sus efectos sobre los cuerpos, los comportamientos y las formas de relación social.

Presentación de la exposición ‘Citissimum altissimum fortissimum’ en Santa Mònica, 28.04.2025, Barcelona. Foto: Jordi Play/Santa Mònica.

Más allá de las exposiciones, Santa Mònica refuerza su programación estable en la Sala Bar como uno de los núcleos estructurales del proyecto. Los ciclos Dimarts de vídeo, Dimecres de so i cos y Dijous de veu i paraula, activos durante todo el año, reúnen cerca de un centenar de propuestas comisariadas por una amplia red de colectivos, creadorxs y entidades. Entre ellas se encuentran OVNI, Hamaca, Panòptic, Dones Visuals, la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona, el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya, Escola Massana, BAU, Mixtur, Sâlmon, Taller de Músics, BCN ImproFest, CRA’P, Africa Moment, KonicThtr/ECOSS, así como Sònia Moya, Carla Rovira, Mar Nicolás, Marta Pol i Rigau, Veus Lliures, PEN Català, Sodepau y otras plataformas locales.

La investigación y la mediación continúan siendo ejes vertebradores del centro. El programa Les Mòniques, con 21 artistas en residencia organizadas en siete gremios–Comunicación, Digitalización, Edición, Educación, Espacios, Gastronomía y Participación–, desarrolla prototipos de mediación que atraviesan la programación. A ello se suma la colaboración con la Red TEJA para la creación de una beca internacional destinada a una artista palestina, así como la actividad de ocho grupos de investigación y laboratorios residentes centrados en accesibilidad, salud mental, memoria institucional, procesos antirracistas y enfoques decoloniales.

El centro mantiene además una red activa de cooperación con una treintena de entidades del barrio y de la ciudad, destacando proyectos de largo recorrido como Sojornar, desarrollado junto a la Escola Drassanes, o iniciativas vinculadas a la sostenibilidad, como el refugio climático anual en la terraza del centro.

En conjunto, la programación de 2026 confirma a Santa Mònica como una institución que prioriza los procesos, la colaboración y la producción situada, y que concibe el arte contemporáneo como un espacio de pensamiento crítico compartido.

Museugrafía de la exposición ‘Murmuris, bullici i paradoxes’ en Santa Mònica. 19.11.2025, Barcelona. Foto: Jordi Play/Santa Mònica.
Redacción

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