17 noviembre 2023

‘Cable City Dance. Cable City Sea’: Rossella Biscotti llega a Fabra i Coats-Centre d’Art Contemporani de Barcelona

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Con sensibilidad crítica, la práctica de Biscotti nos descubre lo invisibilizado, lo censurado, lo silenciado: todo aquello que no somos capaces de ver.

Rossella Biscotti, 'The Journey'. Performance, 2021. Foto de Alexandra Pace. Cortesía de la artista.

Nacida en Molfetta, Italia, en 1978, Rossella Biscotti es reconocida internacionalmente por su práctica multidisciplinaria, que abarca el cine, la performance y la escultura. Graduada por la Accademia di Belle Arti di Brera (Milán) y formada en la Rijksakademie van beeldende kunsten (Ámsterdam), Biscotti investiga y reconstruye acontecimientos políticos recientes mediante la exploración de experiencias subjetivas, a menudo marcadas por la violencia institucional.

Como explica Joana Hurtado –ex-directora de Fabra i Coats-Centre d’Art Contemporani de Barcelona y curadora de la exposición Cable City Dance. Cable City Sea–, a lo largo de su carrera, Biscotti fue consolidando una práctica específica y personal que «vincula el arte con la historia, la arqueología, la antropología, las ciencias ambientales, la geopolítica y el activismo, cuestionando los usos y abusos del poder global y mostrando cuanto vive al margen del discurso oficial».

Esto se hace evidente en uno de sus proyectos más conocido, The Trial (Il Processo) (2010-2013), en que la artista lleva a cabo un profundo análisis de los procedimientos judiciales relacionados con acusaciones de actividades terroristas en la Italia de la oscura década de 1970. Presentada principalmente como instalación sonora y performance, la obra toma como punto de partida el conocido juicio del ‘7 de abril’. El proceso fue celebrado en el Aula Búnker del Foro Italico, donde fueron imputados miembros de Autonomia Operaia y Potere Operaio. Explorando la intersección entre la memoria colectiva, la historia y la identidad cultural de un país –Italia–, el proyecto resulta ejemplar del hacer artístico de Biscotti.

Rosella Biscotti, ‘The Trial (Il Processo)’, 2010-2013. Performance en el Wiels de Bruselas, 2014. Fuente: www.mor-charpentier.com

Cable City Dance. Cable City Sea

Siguiendo este mismo enfoque crítico, para la muestra en Fabra i Coats –primera grande monográfica de Biscotti en España que se podrá visitar hasta el 25 de febrero de 2024–, la artista exhibe dos grandes instalaciones que abarcan dos niveles del centro: The City y The Journey. Se trata, respectivamente, de una videoinstalación multi-pantalla que documenta el proceso de excavación de la ciudad neolítica de Çatalhöyük (Anatolia, Turquía), y de una composición sonora centrada en el Mediterràneo.

Colocada en la planta baja del centro –en una sala iluminada exclusivamente por la luz de las pantallas–, The City (2018) muestra la excavación del yacimiento neolítico de la mano del reconocido Ian Hodder. Entre 1993 y 2018, el arqueólogo trabajó siguiendo una metodología situada y múltiple, exponiendo la excavación a la mirada de un equipo muy diverso. La pieza se compone de dos partes: la primera nos muestra el proceso de trabajo; la segunda, en cambio, se adentra en el proceso burocrático de cierre del yacimiento a causa del fallido golpe militar de 2016.

Acompaña la video-instalación, el conjunto escultórico Trees on Land (2021), una serie de cerámicas realizadas con arcilla y cenizas de olivos. Esta suerte de cementerio vegetal, reflexiona sobre el vacío dejado por los árboles quemados en el intento de contrarrestar la difusión de la bacteria Xylella Fastidiosa, que empezó a infestar los olivos del sur de Apulia (Italia) en el año 2013.

Rossella Biscotti, ‘The City’, 2018. Instalación multicanal. Still de vídeo. Cortesía de la artista.
Vista del nivel 1 de la exposición ‘Cable City Dance. Cable City Sea’ en Fabra i Coats – Centre d’Art Contemporani de Barcelona. Foto de Eva Carasol. Cortesía de la artista y Fabra i Coats.

El recorrido expositivo continúa en la planta 1 del centro, en una sala que esta vez está completamente bañada por la luz que penetra por las grandes ventanas. Una especie de movimiento ascensional desde la excavación de un pasado lejano hasta la contemporaneidad. The Journey (2023) es la obra principal, y se presenta aquí por primera vez como instalación sonora de ocho canales. De hecho, el proyecto es el resultado de una performance que Biscotti realizó en 2021, tras haber ganado veinte toneladas de mármol de Carrara gracias a una beca de 2010. La performance –presentada en 2021 en el marco del Kunstenfestivaldesarts de Bruselas– consistió en extraer el bloque de mármol y en transportarlo hacia la costa para que, a borde de Diligence, emprendiera una ruta simbólica de tres días entre Italia, Malta, Tunisia y Libia. Como punto final de la performance, el bloque de mármol se dejaba caer en las profundidades del Mediterráneo. Lo que se expone en Fabra i Coats son los sonidos de este viaje simbólico, junto con la re-conceptualización de algunos objetos que sonaron durante la performance.

Acompaña la instalación central, Drifting, una serie de esculturas de cristal de Murano que recuerdan a los organismos acuáticos (aquí presentados en dimensiones ampliadas) que conforman el plankton marino. En la misma sala, también se encuentra A Conductor, «pieza que emerge de las entrañas del edificio», como explica Hurtado, «entrelazando fisica y conceptualmente las dos plantas del edificio». De hecho, se trata de un cable reciclado que Biscotti adquirió en la subasta de la central nuclear desmantelada de Ignalina (Lituania). El cable se encuentra conectado a la corriente eléctrica del centro y proporciona energia a toda la exposición.

Vista del nivel 2 de la exposición ‘Cable City Dance. Cable City Sea’ en Fabra i Coats – Centre d’Art Contemporani de Barcelona. Foto de Eva Carasol. Cortesía de la artista y Fabra i Coats.

De piedra a piedra: la dirección artística de Joana Hurtado

La exposición Cable City Dance. Cable City Sea de Biscotti marca la finalización del mandato de Joana Hurtado a cargo del Centre d’Art. Hurtado inauguró oficialmente su dirección en 2021, con la exposición de Jordi Mitjà, Succeeix cada dia [Sucede todos los días], dónde una enorme piedra inflable y flotante cerraba metaforicamente el recorrido, «la idea de la primera piedra elevada en el cielo como inicio de una nueva singladura». En esta última exposición, la piedra que protagoniza The Journey de Biscotti, en cambio, no está a la vista: se encuentra escondida en las profundidades marinas, mientras su tránsito hasta el agua es evocado por el recuerdo de ruidos y sonidos.

Pese a las muchísimas dificultades que Hurtado tuvo que enfrentar durante su mandato –el cambio inesperado de sus funciones directivas, la pandemia y el largo impasse dedicado a las obras de renovación del centro–, en el período entre la colocación de estas dos piedras simbólicas, la institución presentó muchos proyectos destacados y de alcance internacional. Entre ellos, la monográfica Tono Lengua Boca de Wendelien van Oldenborgh (Róterdam, Países Bajos, 1962); la exposición retrospectiva del dúo formado por Adam Broomberg (Johannesburgo, 1970) & Oliver Chanarin (Londres, 1971); Periferia de la noche de Apichatpong Weerasethakul (Bangkok, 1970); y las dos maravillosas exposiciones dedicadas al trabajo de las artistas Núria Güell (Vidreres, 1981) y Lúa Coderch (Iquitos, 1982).

Junto con Ciudad de arena, penúltima exposición del centro bajo la dirección de Hurtado y dedicada a la obra de David Bestué (Barcelona, 1980), Cable City Dance. Cable City Sea de Biscotti marca así el cierre de una exploración que empezó con la primera piedra de Mitjà: un relato multidisciplinario acerca de la memoria y de las narraciones no oficiales inscritas en la materia.

Más sobre Biscotti

El trabajo de Biscotti ha sido parte de importantes exposiciones internacionales, incluyendo la 55ª Bienal de Venecia (2013); la 13a Bienal de Estambul (2013); Documenta 13, Kassel (2012); y Manifesta 9, Genk (2012).

Su obra ha sido presentada en exposiciones individuales en la Salzburg International Summer Academy for Fine Arts (2021); Witte de With, Rotterdam (2019); Fondazione Ratti, Como (2019); daadgalerie, Berlin (2019); Kunsthaus Baselland, Basilea (2018); Protocinema Istanbul (2018); GULAG History State Museum, Moscú (2016); Museion Bolzano (2015); Haus Lange Haus Esters, Krefeld (2014); WIELS, Brusela (2014); Sculpture Center, Nueva York (2014); Secession, Viena (2013); e-flux, Nueva York (2013); CAC Vilnius (2012).

También ha participado en numerosas exposiciones colectivas, entre las cuales destacan: Gropius Bau, Berlín (2023); Villa Arson, Niza (2022); Kunstenfestivaldesarts, Bozar, Bruselas (2022); la 2ª Biennale Autostrada, Pristina (2021); la 21ª Triennale de Beaufort (2021); MAXXI, Roma (2010, 2017 et 2021); la 15ª Biennale de Cuenca (2021); Dhaka Art Summit, Dhaka (2020); Stedelijk Museum, Amsterdam (2018, 2019); IVAM, Valencia (2018); Kunstmuseum St Gallen (2018); Moderna Museet, Estocolmo (2018); Fondazione Memmo, Roma (2018); 8ª Biennale Contour (2017); Van Abbemuseum, Eindhoven (2016); Swiss Institute, Nueva York (2016); Sonsbeek, Arnhem (2016); IMMA, Dublín (2015); ICA Londres (2014); Pinchuk Art Center, Kiev (2014); Castello di Rivoli, Turín (2012); Museu Serralves, Porto (2010); entre otras.

Biscotti ha recibido numerosos reconocimientos artísticos, entre los que se cuentan el ACACIA Prize for Contemporary Art (2017), Premio della XVI Quadriennale d’Arte di Roma (2016), el Mies van der Rohe Stipendium, (2013), el Premio Michelangelo en la XIV Bienal Internacional de Escultura de Carrara (2010), el Segundo Prix de Rome en Holanda (2009), The City of Geneva Grand Prize en la 12a Bienal de Imágenes en Movimiento (2007), y el Premio NY, Italian Ministry of Foreign Affairs en colaboración con la Academia Italiana y la Universidad de Columbia en Nueva York (2006).

La artista continúa desafiando los límites del arte contemporáneo, explorando con innovación y compromiso temas sociales y políticos en su práctica artística.

Retrato de Rossella Biscotti en Fabra i Coats – Centre d’Art Contemporani de Barcelona. Foto de Eva Carasol. Cortesía de la artista y Fabra i Coats.