24 octubre 2025

‘LALIRIO’ de Fuentesal Arenillas: coreografías de la memoria en La Fabra (Barcelona)

de

LALIRIO propone una exposición escultórica en constante transformación, que convierte la arquitectura y la memoria del lugar en materia viva de relación y juego.

Vista de la exposición 'LALIRIO' de Fuentesal Arenillas en La Fabra - Centre d'Art Contemporani (Barcelona).

La nueva etapa expositiva de La Fabra Centre d’Art Contemporani de Barcelona, liderada por Claudia Elies, se inaugura con un proyecto que parece escrito para su arquitectura: LALIRIO, una propuesta del tándem artístico Fuentesal Arenillas que activa la memoria industrial y textil del espacio a través de una escultura expandida y en tránsito continuo. La muestra, comisariada por la misma Elies, despliega la práctica de este dúo como un organismo vivo que muta sin dejar de ser reconocible. Una poética del doble, del juego y del intercambio.

El núcleo de la exposición se construye a modo de columna vertebral de piezas textiles que se enroscan entre pilares y vidrieras. La elección del textil, lejos de cualquier lectura decorativa, funciona como una cartografía afectiva donde lo blando también sostiene, donde el tejido comparte con la arquitectura la capacidad de construir vínculos. Elies propone un recorrido que no se limita a mostrar obras, sino que invita a observar cómo estas se acompañan, se cargan y se tensan entre sí, como si respondieran a una respiración común.

Fuentesal Arenillas conciben la escultura como un estado relacional. No se trata de objetos cerrados, sino de dispositivos abiertos a ser atravesados por otras manos y otros gestos. En LALIRIO esta dimensión colaborativa se manifiesta en diálogos con artistas como Itziar Okariz (San Sebastián, 1965) y LUCE (Valencia, 1989), cuyas intervenciones amplían las capas de memoria que ya contienen los materiales. La exposición se convierte así en un espacio colectivo donde la autoría se diluye en favor de la correspondencia.

El recorrido se divide en dos niveles claramente diferenciados. En la planta baja se sitúa Carrusel (2024), obra presentada previamente en Condeduque (Madrid). Se origina en un intercambio epistolar entre Fuentesal Arenillas e Itziar Okariz, cristalizado en una multitud de «cartas-ropa» que combinan la intimidad de la escritura con la performatividad del vestir.

En la primera planta, Imaginaria y Caracolas continúan explorando la idea de acumulación, repetición y transformación. Imaginaria se levanta sobre tableros de táblex que fueron suelos de taller: superficies que conservan la huella de años de trabajo conjunto. Nuevamente, la colaboración interviene la obra mediante la participación de LUCE, quien añade nuevas esculturas posibles en ese palimpsesto de usos y tiempos superpuestos.

Caracolas, desarrollada específicamente para La Fabra, traduce los patrones de las «cartas-ropa» en una sintaxis de variaciones y desequilibrios. Estas piezas se sostienen en un frágil estado de reposo que nunca es definitivo. Aluden a cuerpos en conversación, a gestos suspendidos que podrían activarse en cualquier momento. A través de ellas, el juego se vuelve una herramienta crítica para entender cómo nos relacionamos con los objetos y cómo estos sostienen nuestras propias narrativas físicas.

El programa público refuerza la idea de una exposición que no termina en sus límites espaciales. Conversatorios, grupos de lectura y una colaboración con la Escola Infantil Municipal La Filadora abren el proyecto al territorio, fomentando una mediación donde la experiencia estética se construye de manera compartida.

LALIRIO se plantea, así,  como una invitación a considerar la escultura desde la elasticidad de lo vivo. Nada permanece quieto en estas obras.

Vista de la exposición ‘LALIRIO’ de Fuentesal Arenillas en La Fabra – Centre d’Art Contemporani (Barcelona).