El pasado viernes, 20 de octubre, exibart.es tuvo la oportunidad de bajar a Córdoba con tal de aproximarnos a la nueva edición del único festival internacional de artes flores en el mundo, FLORA. Con un relato general que gira alrededor de la noción de la ‘inteligencia vegetal,’ lxs participantes de este año han sido Tadao Cern (Vilna, Lituania, 1983), Flowers by Bornay (colectivo fundado en Barcelona en 2009), Harriet Parry (Birmingham, Reino Unido, 1985), Ha I I Hwa (Seúl, 1982) y Flowgardenz (Vladimir Vanenkov, Uray, 1996 / Konstantin Bushmanov, San Petersburgo, 1984). El dúo ruso fueron los ganadores de la convocatoria Patio Talento —una iniciativa que da la oportunidad de participar en FLORA a artistas noveles o colectivos emergentes que nunca han realizado una instalación vegetal de gran formato.
Los proyectos ganadores del gran galardón repartido en dos modalidades —la primera dotada con 25.000 euros y la segunda con 10.000 euros— han sido las propuestas Flor negra / Eco blanco de Tadao Cern y Célula de Flowgardenz. El acto de entrega de premios tuvo lugar en el antiguo convento de San Pablo; edificio renacentista con fecha de 1560 que hoy lleva el nombre Sala Orive. El estridente evento contó con la participación de la plataforma de streaming de películas internacionales de autor, Filmin, que aportó una serie de vídeos recopilando fragmentos de filmes que incorporan elementos florales y vegetales que sirvió de fondo visual al evento.
La expresión ‘contra viento y marea’ aquí tiene un uso literal ya que Andalucía experimentó a lo largo del jueves —día de montaje para lxs participantes— una gran tormenta de lluvia abundante y viento constante que intervino gravemente en la estabilidad y seguridad de la mayoría de las piezas. Gracias a un esfuerzo considerable durante la noche después de la tormenta y luego por la siguiente mañana, todo estaba a punto para la visita de prensa y la del jurado de los premios, este año compuesto por María Eugenia Diego (KOKON), artista ganadora de FLORA 2022; Marie Perennès, conservadora en la Foundation Cartier pour l’art contemporain de París y comisaria independiente; y Vicente Todolí, director artístico en el Pirelli HangarBicocca de Milán.
Flor negra / Eco blanco: crecimientos lúdicos de Tadao Cern
Tras ganar el I Premio del festival, el autor lituano compartió en relación con su preciosa instalación que él buscaba inspirar una sensación de juego mediante un tono que careciese de seriedad y peso conceptual. En su instalación minimalista pero a la vez totémica expuesta en el Museo Arqueológico, las formas hechas a partir de variedades blancas de clavel y crisantemos (todas de precedencia local) bailan y se transforman cromáticamente ya que, algunas de las flores que parecen flotar en una alberca en el centro del patio se van tiñendo paulatinamente con una tinta natural de color negro. A medida que van bebiendo el agua teñido de la alberca, sus pétalos blancos adquieren una tonalidad negra. Dado que la tinta es de origen natural, no hará daño a los procesos naturales de la flor y podrá florecer a lo largo de la duración del festival.
Este fenómeno habla de la inteligencia vegetal empleando un comentario sobre la adaptabilidad de la flor y su tendencia hacia la simbiosis, armonía y subsistencia. Además, el artista pretendió reflexionar sobre la historia del contexto. Se interesó por la fusión entre las diversas culturas que históricamente han enriquecido Córdoba, también representadas en el Museo Arqueológico, y quiso encauzar el poder simbólico del negro —fusión del espectro de todos los colores— enfrentado a su oposición, el blanco; lo cual dota la pieza con otra capa sobre la solidaridad, historia y resistencia.
Asimismo, fue la única intervención que no pareció un elemento añadido al entorno sino algo que crece in situ de manera natural; como si fuese una erupción de una especie de flor hiperinteligente que se multiplica mediante una mutación genética. Emilio Ruiz Mateo, director artístico de FLORA, comentó en cuanto a la noticia: «Que un artista como Tadao Cern, que procede directamente del arte contemporáneo pero tiene una sensibilidad muy especial por la naturaleza, haya resultado ganador muestra lo que sentimos en FLORA desde el primer año: que el arte floral cruza fronteras y contagia al resto de las artes.»
Célula: la grandiosidad del vacío de Flowgardenz
En el caso del dúo ruso exiliado en Georgia desde el comienzo de la guerra de Rusia en Ucrania, la intervención en el patio del Palacio de Orive aborda la insignificancia del antropocentrismo y nuestra visión fetichista de la flor. Se centra en la célula vegetal compuesta por cloroplastos o mitocondrias que se ven agrandados en combinaciones varias de bambú (hojas), celosia, clavel, craspedia, crisantemo, Erygium, flor de loto, kuwa, lenteja de agua, musgo y siempreviva. Esta mirada celular pretende realzar la capacidad que tiene la flor por la conectividad y supervivencia, subvirtiendo el uso y reducción de la planta a la mera decoración a servicio del ser humano.
En palabras de Flowgardenz, «Al crear una célula vegetal a gran escala con flores cuidadosamente seleccionadas simbolizamos la inteligencia intrincada y a menudo enigmática que reside dentro de estos organismos aparentemente simples.» Además, la intervención contó con una pieza sonora inmersiva de Grigorii Rakhmilovich (dj onebeer) que nos ayudó a adentrar mediante acaricias fetales emitidas por altavoces ubicados alrededor del patio. Cabe destacar la sensación uncanny (familiar pero a la vez alienígeno) que rezuma por las varias combinaciones y modificaciones florales que dificultan el reconocimiento inmediato de la mayor parte de los materiales. Generan un conjunto sublime y altamente emocionante que cautivan inmediatamente a lx espectadorx.
Aquí podéis consultar una entrevista con estos dos autores entre otrxs participantes en la edición.
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