11 febrero 2022

Mirando hacia atrás: 40 años (+1) de ARCOmadrid

de

Un recorrido a través de la historia de la feria madrileña, en ocasión del cumplimiento de sus 40 años (+1) de actividad.

En los últimos veinte años, el número total de ferias de arte contemporáneo ha aumentado de manera sorprendente. Basta con pensar que en el panorama global actual se celebra, por lo menos, una feria de arte cada semana. En medio de esta proliferación descontrolada, algunas ferias se han convertido en citas imprescindibles para la legitimación y prestigio de galerías y artistas. Entre ellas: Art Basel con sus distintas ediciones en Suiza, Estados Unidos y Hong Kong; Frieze, con sucursales en Londres, Los Ángeles y, a partir de este mismo 2022, en Seúl; el Armory Show de Nueva York; la FIAC de París; o Art Dubai, por mencionar solo algunas de las ferias clave del mapa global del arte

No se puede negar que el apretado calendario de estos eventos comerciales genera presión sobre los artistas y su capacidad de producción, así como sobre las galerías, para las que estas citas constituyen a menudo una inversión de alto riesgo. Sin embargo, las ferias de arte siguen convocando a numerosos grupos de profesionales, que acuden una y otra vez a una ciudad distinta del mundo para hacer networking, descubrir nuevos artistas y tendencias y, en el mejor de los casos, comprar.  

1982: el consorcio IFEMA da vida a ARCO

En este complejo y dinámico panorama, desde hace 40 años (+1) lleva moviéndose ARCO. Promovido por el consorcio IFEMA en 1982, el evento nació en un momento en que España atravesaba un duro proceso de reconversión industrial y de dificultades económicas. Por primera vez un proyecto concentraba la atención del público en un ámbito como la creación artística contemporánea y aspiraba a trascender las fronteras nacionales. 

Bajo la dirección de la galerista sevillana Juana de Aizpuru, la Feria Internacional de ARte COntemporáneo (ARCO) abría sus puertas en el Palacio de Exposiciones del Paseo de la Castellana de Madrid. Fue un evento único en su género, que se erigió como plataforma especializada de encuentro para pensadores, creadores, coleccionistas, críticos y galeristas. En las cinco ediciones dirigidas por De Aizpuru, la feria consiguió dinamizar el mercado español, aglutinando las últimas creaciones en el ámbito del neoexpresionismo y de la transvanguardia. En esos años, el evento consolidó, también, su proyección internacional, contando con la colaboración de galerías de Estados Unidos y Latinoamérica. Hacia 1986, tras algunas dificultades motivadas por la disconformidad en la gestión de la feria de parte de galerías nacionales, la directora y el Comité Organizador dimitieron. 

Fachada del recinto ferial en 1983. Cortesía de ARCOmadrid

La extensa dirección de Rosina Gómez-Baeza (1987 – 2006)

En 1987 asumió las riendas del proyecto Rosina Gómez-Baeza, ya miembro del equipo de IFEMA. Bajo su larga dirección hasta 2006, ARCO atravesó fases de éxito y, también, de crisis. Las ediciones de 1989 y 1990 constituyeron un hito para el evento, que confirmaba su vocación comercial y reforzaba su carácter internacional, alcanzando un gran éxito de ventas y de público. 

Estas circunstancias favorables se vieron revertidas como consecuencia del impacto mundial de la crisis financiera del Japón de los años 90, y agravada por las tensiones derivadas de la guerra del Golfo. Las críticas que despertó la edición de 1992, junto al déficit acumulado en una época de crisis global, pusieron en duda la continuidad del certamen madrileño. Sin embargo, tras cuatro años de mucha complejidad, en 1994 la feria pareció resurgir: en una edición calificada por la prensa como conservadora, ARCO reafirmaba, no obstante, su vertiente cultural y económica. Data de esa edición uno de los mayores cambios en la estructura de la feria, que perdura hoy en día: la presencia, cada año, de un país invitado de honor. 

Imagen de la feria en 1996. Cortesía de ARCOmadrid

En las ediciones posteriores se implementaron otras novedades, dirigidas a fomentar el arte emergente y el coleccionismo institucional. Entre ellas, destacaron el programa Cutting Edge dedicado a presentar obras de artistas actuales que quedaban excluidas de otros eventos feriales, y el Proyecto Sala, plataforma para la exhibición de obras procedentes de entidades públicas, empresas, fundaciones y museos de arte contemporáneo. Con la voluntad de recoger las últimas tendencias en el campo de la creación artística, las ediciones celebradas a caballo entre finales de 1990 y principios de 2000 brindaron espacio al videoarte, el arte sonoro y el net.art. A inicios de los años 2000, con el advenimiento de Internet, se inauguraron el proyecto arco.online (entorno virtual de la exposición física) y el programa net.space@arco, que significó una apuesta fuerte por las propuestas electrónicas. 

Otra época compleja para la feria se dio entre 2001 y 2004, cuando el mundo se vio afectado por dos grandes eventos, los trágicos acontecimientos del 11-S en Nueva York y el estallido de la guerra en Irak. Sin embargo, el clima de inquietud general que afectaba el tablero geopolítico internacional contrastaba con la favorable coyuntura económica derivada con la entrada en vigor de la moneda única europea (euro), lo que auguró un clima propicio para las ventas. 

Año 2000: foto de los pasillos de la feria. Italia es el país invitado. Cortesía de ARCOmadrid.

Lourdes Fernández toma las riendas de la feria (2007-2010)

En 2006 la feria celebró sus 25 años de actividad con una edición de homenaje que buscó poner en valor su trayectoria y las múltiples colaboraciones establecidas. Fue, también, el último año de la extensa dirección de Gómez-Baeza, que, en 2007, dio paso a Lourdes Fernández. En los primeros años bajo su liderazgo, la feria inauguró el programa Performing ARCO –dedicado a celebrar las artes en vivo– y cambió oficialmente su nombre: tras haber posicionado a la ciudad de Madrid en el panorama internacional, el evento empezó a conocerse como ARCOmadrid. 

Una nueva etapa para ARCOmadrid, con Carlos Urroz (2011-2019) 

Después de unas ediciones con una caída en el número de galerías participantes a causa de la Gran Recesión de 2008, en 2011 se abría otra etapa para la feria: el nuevo director Carlos Urroz apostaba por una mayor profesionalización del evento e inauguraba las secciones Solo Projects, para la participación monográfica de proyectos latinoamericanos, y el programa Opening, dedicado a la creación emergente. Se estrenaban, asimismo, el programa de coleccionistas First Collector y la serie de visitas guiadas a galerías de arte de Madrid conocidas como los ARCO Gallery Walks. 

En 2016, año de su 35º aniversario, ARCO emprendió su expansión internacional y eligió Portugal como país de destino para su presencia en el extranjero. En mayo de ese año se inauguraba la edición ARCOlisboa, hecho que consolidó a ARCO como cita clave en la agenda global del arte contemporáneo, así como el meeting point especializado entre Europa y Latinoamérica. En las ediciones siguientes, se fomentaron diferentes iniciativas con el objetivo de estimular el crecimiento de un nuevo tipo de coleccionismo. Entre ellas, destaca el programa #mecomprounaobra, para animar a nuevos compradores y dinamizar la creación actual. 

Mirando hacia el presente con Maribel López

La de 2020 fue la primera edición liderada por la actual directora del evento, Maribel López. A las galerías presentadas en el Programa General, se sumaron las secciones comisariadas Es solo cuestión de tiempo, Diálogos y Opening, reuniendo un total de 209 galerías procedentes de 30 países. Y, así, se llegó a ARCOmadrid 2021, que se celebró en condiciones de completa excepcionalidad. Tras el estallido mundial de la pandemia de la Covid-19, la feria cambió de fechas y tuvo lugar en el mes de julio (y no en febrero, como es habitual), en un formato más contenido pero que cumplió con su objetivo de reivindicar un espacio de encuentro profesional, tras meses de distanciamiento social. 

ARCOmadrid: foto de los pasillos de la feria en 2021. Cortesía de ARCOmadrid.

Y, finalmente, llegamos a los 40 año (+1) de ARCOmadrid: del 23 al 27 de febrero, la feria internacional volverá a IFEMA para presentar un programa de mas de 150 galerías y proyectos especiales. La redacción de exibart.es viajará a Madrid para hacer un reportaje sobre la oferta en el recinto ferial y en la ciudad, y para presentar su primer número en papel. Stay tuned!

 

[Para mas información sobre los eventos actualmente en curso en Madrid, consulta esta página]

Carolina Ciuti

Sobre el autor

Carolina Ciuti (Pistoia, 1990) es comisaria de arte contemporáneo e investigadora en el campo de las artes visuales y escénicas. Es Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Florencia (2009-2012) y ha cursado un Master en Arte Contemporáneo en el Sotheby’s Institute of Art de Londres (2013-2015). Desde septiembre de 2021 es Directora de la revista digital exibart.es. Entre septiembre de 2016 y diciembre de 2022 fue Directora Artística del Festival de videocreación LOOP Barcelona, donde empezó a trabajar como comisaria en 2015. En LOOP, produjo exposiciones, ciclos de cine y performances de artistas internacionalmente reconocidxs como: Regina De Miguel, Agnes Meyer-Brandis, Aleksandra Mir, Steina & Woody Vasulka, Anton Vidokle y Adriana Vila Guevara. Ciuti ha comisariado exposiciones, programas de performances y proyecciones en instituciones o manifestaciones como: Spazio Volta (Bergamo, Italia); Westbund Art & Design (Shanghái); Filmoteca de Catalunya, Fabra i Coats-Centre d’Art Contemporani de Barcelona, MACBA-Museu d’Art Contemporani de Barcelona, Real Círculo Artístico (Barcelona); FIAC (París), entre otros. Ha editado las publicaciones Before the Name: A Book on an Itinerant Performance Project (RAM Editions, 2018) y I Have A Friend Who Knows Someone Who Bought a Video, Once (Mousse Publishing, 2016). Es además colaboradora estable de la revista de cultura contemporánea La Maleta de Portbou y coordinadora del proyecto fotográfico KBr Flama de la Fundación MAPFRE. Entre 2017 y 2021 ha sido parte de CRiB, colectivo artístico con el cual se dedicaba a crear proyectos híbridos entre las artes visuales, el teatro y la performance. Ya sea a través de la escritura, el comisariado o la investigación, todos sus proyectos denotan un profundo interés por la noción del ‘tiempo’ en todas sus facetas.